Durante las próximas semanas ciudadanos de todo el planeta volverán la vista hacia Sudáfrica con motivo del Mundial de Fútbol, que por primera vez pisa suelo africano. Mientras Casillas, Messi, Eto’o, Cristiano Ronaldo, Gerrard, Kaká y De Rossi, entre otros, lucharán con sus respectivas selecciones para abrazar la ansiada copa dorada así como importantes sumas de dinero, jóvenes anónimos de varias razas y nacionalidades de las comunidades más pobres del país jugarán la ‘Copa de la Paz’.
Caritas Internationalis y la Damietta Peace Initiative de los Franciscanos organizan este destacable campeonato alternativo al de la FIFA con el objetivo de transmitir un mensaje de paz y tolerancia en una tierra que ha sufrido y sufre todavía mucha violencia, desigualdad y discriminación. No hay que recordar el apartheid que implantaron los colonizadores ingleses, una profunda segregación racial respaldada incluso por leyes a mediados del siglo XX, a las que plantó cara ‘Madiba’, mundialmente conocido como Nelson Mandela, Nobel de la Paz y símbolo de la libertad.
“Sudáfrica era una nación destrozada por la violencia xenófoba y muchas personas afirman que, bajo las apariencias, todavía fermentan tensiones. Por este motivo, aprovechando la oportunidad del Mundial, queremos ofrecer al mundo un mensaje de tolerancia”, explica Lancelot Thomas, coordinador local de la Damietta Peace Initiative en Sudáfrica.
El pasado 5 de junio tuvo lugar el saque inicial de esta liguilla que acogerá la localidad de Atteridgeville, cerca de Pretoria (capital administrativa de Sudáfrica y tercera ciudad en importancia del país junto con la legislativa Ciudad del Cabo y la judicial Bloemfontein). Así, 64 jóvenes de 15 nacionalidades, diferentes razas y religiones sudarán la camiseta cada sábado a lo largo de todo el mes de junio para alcanzar la ansiada final fijada para el 3 de julio.
“Mientras en el Mundial se enfrentan las selecciones nacionales de unos países contra la de otros, nosotros, en nuestro campeonato, queremos que nuestros equipos experimenten la amistad y común humanidad de los equipos mixtos. Todos los equipos que participan tienen su base en Sudáfrica, pero representan a varios grupos de refugiados. El criterio principal para poder jugar es que cada equipo esté formado por jugadores de varias nacionalidades”, destaca Thomas.
La ‘Copa de Fútbol por la Paz‘ recoge la idea de los grupos de paz impulsados por la Damietta Peace Initiative en Nigeria tras la etapa de violencia religiosa que se vivió en el país en 2008.
“La iniciativa consistió en combinar musulmanes, cristianos y animistas en el mismo equipo, para comprobar lo que significa tener un compañero de equipo que, por su nacionalidad o creencias, esté considerado un enemigo. Fue un gran éxito”, resalta el coordinador de la iniciativa.
Volviendo a Sudáfrica, el apartheid abrió una profunda brecha que todavía tiene consecuencias. No hace mucho tiempo, en mayo de 2008, tuvo lugar en los barrios marginales de Johannesburgo, la ciudad más grande y poblada el país, un sangriento estallido de violencia contra los inmigrantes llegados de países vecinos que tuvo réplicas en otros lugares del país.
Caritas lleva muchos años trabajando en la construcción de paz en Sudáfrica. Tras el citado suceso, la Damietta Peace Initiative y la organización unieron sus fuerzas para impulsar grupos de paz en todo el territorio, promoviendo la reconciliación y la no violencia con un enfoque especial en las comunidades de base.