Ayer, 16 de septiembre, fue el Día Internacional para la Conservación de la Capa de Ozono. La mirada se dirigía ayer al cielo y las preguntas eran inevitables: ¿Seguía agrandándose su agujero? ¿Nos seguía dando señales de que las cosas iban peor?
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) nos dio sus datos al respecto. Y las noticias fueron buenas. Parece ser que el agujero de la capa de ozono empieza a mostrar un pequeño y ligero retroceso.
Según la Aemet, en 2009, el agujero de ozono tuvo una extensión media de 21,7 millones de kilómetros cuadrados, llegando a su dimensión máxima el 17 de septiembre con 24,1 millones de kilómetros cuadrados, (algo menor que la extensión de América del norte). Estos datos muestran una disminución de la superficie de aproximadamente tres millones de kilómetros cuadrados con respecto al año 2008.
En cuanto al agujero de ozono para 2010, las primeras observaciones muestran una extensión menor que la de los últimos años, aunque el inicio en la destrucción varía considerablemente de un año a otro dependiendo de la posición del vórtice polar, este año más concéntrico y menos alargado que el año pasado, y de la incidencia sobre este de los primeros rayos solares después del invierno austral.
A la espera del comienzo de la época de mayor intensidad en la destrucción de ozono, la Aemet cree que:
«Aún es pronto para poder determinar la extensión y el grado de destrucción».
Esto dependerá en gran medida de las condiciones meteorológicas de la zona durante los próximos meses. No obstante, sí parecen existir ciertos indicios que apuntan en el sentido de un agujero de ozono «relativamente más pequeño» para 2010.
El Día Internacional para la preservación de la capa de Ozono conmemora la firma, el 16 de septiembre de 1987, del Protocolo de Montreal, que fue proclamado como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994.
El tema elegido para este año, ‘Protección de la capa de Ozono: la gobernanza y el cumplimiento al más alto nivel’, pretende reconocer dicho protocolo como el acuerdo multilateral relativo al medio ambiente más eficaz aplicado hasta la fecha.
Tras el descubrimiento del agujero de ozono, los gobiernos reconocieron la necesidad de acordar una serie de medidas para reducir la producción y el consumo de determinadas sustancias destructoras de ozono, principalmente las sustancias conocidas como CFCs y halones.
Según la Aemet, los datos de estos últimos años reflejan que el Protocolo de Montreal «está funcionando», en cuanto se ha conseguido detener la tendencia negativa observada durante los años ochenta y noventa, manteniéndose estable durante estos últimos años tanto la extensión del agujero como los niveles de éste.
LENTA RECUPERACIÓN
Sin embargo, su recuperación se prevé que sea muy lenta, debida al largo tiempo de residencia de los compuestos antropogénicos causantes de su destrucción. Así, se estima que algunas de estas sustancias ya emitidas podrían permanecer activas destruyendo ozono hasta mediados de este siglo.
Los últimos informes estiman que habrá que esperar hasta el 2050 para volver a los valores anteriores a los años 80, época a partir de la que se tiene constancia de la destrucción de ozono, retrasándose hasta 2060-2075 para el caso de la región antártica.
MENOS QUÍMICOS
El planeta ha conseguido recortar en más de un 98% la producción y el consumo de los productos químicos peligrosos para la capa de ozono gracias a la firma del Protocolo de Montreal, que ayer cumplía 23 años.
Así lo ha afirmado el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su mensaje para este día Internacional. Según recuerda, el Protocolo se firmó el 16 de septiembre de 1987, sin que los gobiernos contemplaran la eliminación gradual de ninguna sustancia que agotara la capa de ozono.
No obstante, y como resultado de un elevado nivel de cumplimiento nacional y mundial, las partes del Protocolo han recortado ya la producción y el consumo de esos productos químicos peligrosos en más de un 98%.
Además, la ONU dice que:
«Puesto que estos productos químicos son también gases de efecto invernadero tienen un papel decisivo en la lucha contra el cambio climático.»
En concreto, la ONU estima que hasta la fecha ha evitado la emisión de gases de efecto invernadero por un volumen equivalente a más de 135.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, «y seguirá desempeñando un papel destacado en ese sentido». Ban señala en su mensaje:
«Aliento a las partes del Protocolo de Montreal a seguir avanzando sobre la base de este modelo. Usemos los instrumentos de gobernanza contenidos en los tratados vigentes para reducir las amenazas ambientales al desarrollo sostenible y el bienestar humano».