Aparecida entre los ríos Ganges y Brahmaputra, tras la sequía y las lluvias extremas de 1817 en la India, el cólera pronto se convertiría en la primera pandemia del siglo XIX, avanzando de oriente a occidente, llegando incluso al continente americano. Del número exacto de muertes en la época no tenemos datos, pero sí sabemos que en una semana se cobró 20.000 víctimas en la India.
Casi doscientos años después, el cólera hace mucho que ha dejado de ser noticia en el mundo desarrollado gracias, entre otras cosas, a la mejora de las condiciones de salud e higiene y al descubrimiento de la vacuna a mediados del siglo XIX por Jaume Ferran i Clua.
Sin embargo, para los africanos hablar de cólera es hablar del presente, ya que siguen siendo víctimas de una pandemia para la que hay cura desde hace mucho.
Es el caso de países como Nigeria, donde en los últimos meses han enfermado unas 13.000 personas, según datos proporcionados por su Ministerio de Salud. Una cifra a la que hay que añadir casi un millar de muertos por una enfermedad que se ha extendido ya hacia Camerún, Chad y Níger.
Por ello, el Fondo de las Naciones Unidas para Infancia (Unicef) acaba de pone en marcha una campaña para prevenir el cólera en uno de estos países, Camerún, que vive uno de los brotes más graves de las últimas décadas, con 5.560 casos y 385 muertes.
La falta de letrinas y de agua potable, junto con las inundaciones tras una tormentosa temporada de lluvias, estarían detrás del actual brote, que se ha ensañado con la provincia del Extremo Norte del país, donde tan sólo el 30 % de la población tiene acceso al agua potable segura.
Unicef lleva colaborando desde el inicio de la epidemia con otros organismos de ayuda y el Gobierno del país africano para distribuir medicinas, tabletas de tratamiento de agua y otros productos desinfectantes, junto con kits familiares de almacenamiento de agua. Asimismo, también han puesto en marcha una campaña para enseñar a la población a reconocer los síntomas del cólera y dónde buscar tratamiento con rapidez.
Todo ello en pleno mes de septiembre, justo en la vuelta al cole y, con ella, el riesgo de aumento de contagios entre los niños. Un temor que ha movido a Unicef para poner en marcha una campaña de información pública bajo el lema ‘Mi escuela sin cólera‘.