Oceana, en el Golfo de México tras el vertido de petróleo

Una foto de la expedición
FOTO: OCEANA / Carlos Minguell

Seguro que todos recordais el accidente petrolífero del Golfo de México. La plataforma de BP Deepwater Horizon se hundió el 22 de abril de 2010 (tras una explosión que había tenido lugar dos días antes) lo que dio lugar a uno de los más importantes derrames de petróleo.

La explosión provocó daños en las marismas y la desembocadura del delta de Missisipi, con numerosas especies afectadas como tortugas, delfines, manatíes y varias aves marinas, además de los daños a la pesca y la economía de la zona.

Para evaluar los efectos del vertido a largo plazo la organización conservacionista Oceana se ha desplazado hasta allí. Durante dos meses de expedición y a bordo del buque ‘Oceana Latitude’,  han recorrido 4.000 millas, realizado 24 inmersiones y utilizado dos robots submarinos, y todo para investigar la biodiversidad de la zona.

Miles de fotografías y vídeos han complementado las muestras de fondos y los datos recogidos sobre especies y hábitats contaminados. Otra de sus labores ha sido comprobar los cientos de buques que operan en la zona así como la contaminación crónica y no declarada.

En palabras de de Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa:

“Gracias a estos dos meses de trabajo de campo, ahora contaremos con información independiente y de primera mano sobre la contaminación que persiste en el área y que no es visible tras el masivo uso de dispersantes”.

Entre otras cuestiones, los integrantes de la expedición también han llevado a cabo una labor de marcaje de tiburones en colaboración con la Universidad de Miami para comprobar si son capaces de evitar las zonas contaminadas.

“Muchas de las consecuencias del derrame no podrán verse hasta dentro de años”, concluye Oceana.