
El lago Victoria es una gran bendición y una gran maldición para quienes viven en sus orillas. El mismo lago, que durante años ha sido la ‘despensa’ de Tanzania, Kenia y Uganda, es un escenario propicio además para el contagio del VIH/Sida en lugares como las islas Kalangala y del tráfico infantil en las playas de Usigu (Kenia).
Ayuda en Acción nos cuenta la historia de Janette, que vive a orillas de este gran lago.
«Tiene 11 años y estudia en la escuela de Muguna, en el destrito de Usigu, a orillas del Victoria. Es la cuarta de su clase y le encanta estudiar ‘Kiswahilli’, religión e inglés. Cuando ella y sus cuatro hermanos se quedaron huérfanos, se fueron a vivir con su abuela. Un día, una persona le dijo a su abuela que si le entregaba a Jeanette la llevaría a una buena escuela y, además, le daría algo de dinero a cambio de la niña».
«Ella accedió pero el destino de la pequeña Jeanette no fue una escuela. Fue llevada a Uganda a través del lago donde con apenas 10 años fue obligada a trabajar. Durante diez meses hizo todas las tareas domésticas: cuidaba del bebé, lavaba la ropa, iba a por agua, limpiaba la casa y, a cambio, recibía malos tratos. La niña cuenta que se sentía mal y quería volver a su casa».
Un tío de la niña denunció el caso a Scodda, organización a través de la que trabaja Ayuda en Acción en el terreno, y la gente de la organización se puso en marcha. Scodda lucha contra el trabajo, la explotación y la esclavitud infantil. Con el trabajo de esta organización que recibe la financiación de Ayuda en Acción, ya han vuelto al colegio 350 niñas en esta zona del lago Victoria desde 2008 (cifra de junio de 2010), es decir, en menos de dos años.
Miembros de la organización fueron a buscar a Jeanette para rescatarla, denunciaron el caso a la policía para hacer que la pequeña volviese a casa y ahora hacen el seguimiento de su caso. El pasado mes de enero, Jeanette volvió a casa descalza y con la cabeza llena de cicatrices. Scodda ha trabajado también con la abuela de la niña para hacerle ver la situación de otra manera y que comprenda que la pequeña debe estudiar y estar cerca de su gente. La organización le ha proporcionado también un uniforme, zapatos y comida y le ofrece apoyo psicológico para superar el trauma adquirido durante sus meses de cautiverio.
«Jeanette dice que ahora se siente en casa y recuerda que echaba de menos la escuela y a sus amigos y amigas. Ahora juega mucho, sobre todo a las palmas, que es lo que más le gusta. Dice que en el futuro quiere ser abogada y ayudar a la gente como le han ayudado a ella», resalta Ayuda en Acción.
LAS CIFRAS DE LA INFANCIA
Este es uno de los miles de testimonios que podríamos contaros con motivo mañana, sábado 20 de noviembre, del Día Universal del Niño. Problemas como la explotación sexual, la falta de condiciones sanitarias o de formación son algunos de los temas pendientes no resueltos para este colectivo en muchos países. Desde aquí, hemos querido unirnos a las palabras de la ONG Manos Unidas:
«Habrá países, cuya infancia está protegida por leyes y autoridades, que celebrarán con orgullo este día dedicado a los más pequeños. En otros pasará desapercibido, porque no se puede celebrar el nacimiento de unos derechos que amparan a la infancia y que se incumplen sistemáticamente. Muchas personas intentarán aprovechar esta fecha para denunciar unos hechos y unos datos tan espeluznantes que deberían, además de provocar indignación, mover a la acción inmediata. Otros, se limitarán a volver la cara sin querer ver».
La ONG nos ha pasado unas cifras de la OIT y UNICEF que os remito para que todos reflexionemos al respecto:
• Casi 9 millones de niños mueren cada año antes de cumplir los 5 años.
• 101 millones de niños no acuden a la escuela primaria.
• 2 millones de niños están infectados con el VIH.
• 215 millones de niños deben trabajar para sobrevivir. Algunos lo hacen en condiciones extremas.
• 18 millones de niños sufren los efectos de los desplazamientos forzosos.
• 14 millones de niñas son madres antes de cumplir los 19 años.
• Unos 300.000 niños son utilizados como soldados. De ellos, 120.000 son niñas, quienes, además, deben servir de esclavas sexuales.
• Se estima que hay unos 80 millones de niños que viven y trabajan en la calle.
Creo que a esto poco más hay que añadir, salvo que desde aquí pensamos en todos esos niños y esperamos que este pequeño post nos recuerde que desde aquí podemos hacer (o denunciar) muchas cosas.