La Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCyD) ha publicado en Internet el estudio «La Universidad y la Empresa española 2010».
Algunas de sus conclusiones sirven para hacerse una idea bastante realista del panorama Universidad-Empresa.
Algo más de la mitad de las empresas, el 54 %, encuestadas tienen algún tipo de relación con la Universidad. La mayoría de éstas, el 77 %, lo han hecho atraídas por los convenios que permiten incorporar estudiantes y/o titulados en prácticas a sus filas. El segundo y tercer motivo de relación de las empresas con la universidad han sido los contratos para la prestación de servicios de investigación, formación, asesoramiento, etc (un 42 %) y la aportación de subvenciones a la universidad (un 27 %).
Es bajo el concepto que tienen los empresarios respecto al papel que juega la Universidad como motor de desarrollo económico. Sólo un 22 % piensa que juega un papel activo, mientras que el 38 % considera que es nulo. El resto considera que la Universidad no cuenta con una organización apropiada para ejercer como motor de desarrollo económico. Lo peor de todo es que esta mala opinión crece con respecto al estudio realizado en 2004.
Además destaca como opinión general que hay dificultades para que las pymes colaboren con la Universidad. Hay que tener en cuenta que nuestro mercado empresarial se compone mayoritariamente de estas pequeñas y medianas empresas.
Sólo el 14 % de las empresas españolas valora positivamente la formación universitaria. Las principales carencias que señalan están relacionadas con la formación práctica y las habilidades directivas. Prácticamente todas las empresas consideran que deben promoverse más desde la universidad las actitudes emprendedoras de los estudiantes.
Finalmente no parece que el panorama vaya a cambiar, pues tan sólo el 7 % de las empresas se consideran comprometidas con el modelo actual de universidad, frente al 66 % de las que no lo están y la indiferencia del 21 %.
Así no es de extrañar que una parte importante de los titulados universitarios estén trabajando en puestos por debajo de su formación. Como se comentaba en un diario hace tres meses sobre los datos educativos de la OCDE, España forma a universitarios para que ocupen empleos de FP. Sin duda existe una inercia brutal en nuestro sistema educativo (especialemente en el público). De hecho, al margen de la responsabilidad que tienen los políticos y claustros de profesores, una amplia mayoría de estudiantes asume ya antes de empezar la universidad que no va a pegar un palo al agua… muestra de ello es el porcentaje de alumnos que elige estudios universitarios poniendo por delante la cercanía a su casa. Y de los universitarios que sí se lo curran o que eligen alguna de las universidades que persiguen ante todo la excelencia (tanto corporativa como del alumno) una parte importante se va a trabajar fuera de España.
Conclusión: Hay honrosas excepciones, pero en general, las universidades españolas suspenden frente al examen de la cruda realidad que hacen las empresas.