La difícil situación de los niños de la calle en Camboya

Niños de la calle en Camboya
Foto: Manos Unidas

¿Qué son los niños de la calle? Según la UNESCO son aquellos que trabajan en las calles como único medio para obtener dinero. Son los niños que se refugian en ellas durante el día, pero que a la noche regresan a alguna forma de familia, los que viven permanentemente sin apenas protección.

Pues bien, según Manos Unidas, actualmente existen en el mundo hasta 150 millones de niños de la calle. Por este motivo, la entidad se ha detenido en Camboya y denuncia la mortalidad infantil que existe en este país asiático, al tiempo que retrata a sus niños de la calle.

En este sentido, Manos Unidas advierte que Camboya es un país en donde la pobreza y la falta de instrucción, sumadas a una absoluta falta de escrúpulos por parte de muchos adultos y, principalmente, a la connivencia de las autoridades, “condenan a miles de pequeños a situaciones que escapan a la capacidad de comprensión de la mayoría de los seres humanos”.   

Y, por ello, la ONG quiere recordar “la absoluta vulnerabilidad en la que transcurren los días de muchos niños de la calle, víctimas fáciles de abusos y explotación. Un abanico de esas que se llaman ‘enfermedades sociales’, como el tráfico de personas, la explotación sexual y económica de niños, la drogadicción, la prostitución, la violencia doméstica, el incremento del VIH, el contrabando y la corrupción”, que, según afirma esta entidad, “hacen de muchas localidades de Camboya, lugares extremadamente peligrosos para crecer en las condiciones de armonía y salubridad a las que todo niño tiene derecho”.

Por lo visto, una de estas localidades hostiles para el correcto desarrollo de la infancia es Poipet, siituada en el noroeste del país, en la frontera con Tailandia.

“Esta localidad posee la engañosa y nada real reputación de ser un lugar que ofrece a los pobres y desesperados la posibilidad de comenzar una nueva vida. Pero la realidad es muy otra: las oportunidades para la gente con bajo o nulo nivel de educación son casi nulas. De ahí que la ciudad se haya convertido en el perfecto calvo de cultivo de todos los males sociales imaginables. Y en un lugar de pesadilla para unos 300 menores”, aseguran desde Manos Unidas.

Pero la cosa no acaba aquí. Resulta que estos esquemas se repiten en Neak Loeung (se ha contabilizado a 190 niños –mendigos y trabajadores- en riesgo), ciudad cercana a Phonm Pehn y también en la capital. En las tres localidades trabaja Damnok Toe, una ONG local creada para devolver a esos niños en riesgo lo que una sociedad enferma les ha arrebatado.

Según cuentan las fuentes de Manos Unidas, “el objetivo principal de estos 3 centros es la prevención de abusos a la infancia, la rehabilitación de aquellos que han sido víctimas de ellos en cualquiera de sus manifestaciones y la reintegración en la sociedad, usando la formación como vía de inserción”.

En definitiva, estos tres centros de atención de Damnok Toe pretende la reinserción para niños en riesgo atendiendo a estos chicos y chicas de forma continuada y profesional. Pero para realizar esta loable meta es donde se requiere a Manos Unidas para que recaude fondos y así garantizar el acogimiento, la atención psicológica y sanitaria y la formación de 3.540 chicos y chicas aproximadamente.

¿Y qué hacen los pequeños en estos centros? Pues parece ser que reciben alojamiento, comida, asistencia médica y formación, pero, además, consejos, apoyo psicosocial y sobre todo, la atención y el soporte emocional del que han carecido prácticamente toda su vida.

Sin embargo, paralelamente, según cuenta Manos Unidas, también aprenden a vivir con sus educadores en una ambiente familiar, “algo casi desconocido para muchos”, y participan en las actividades diarias del hogar como la limpieza y la cocina. Por último, los niños reciben también formación en actividades que en un futuro podrían ser fuentes generadoras de ingresos (jardinería, música, sastrería, reparación de motocicletas, peluquería o carpintería).

Sin duda, estos centros, con la colaboración de la entidad para la infancia, también permiten a los niños recuperar gran parte de su autoestima y, quién sabe, si con ella parte de su infancia y perdida y, lo que es más importante, la sonrisa.