Cuando la temperatura de nuestro cuerpo rebasa los 41 grados se produce una hipertermia, conocida comúnmente como golpe de calor. En esta situación el organismo ya no puede responder a las altas temperaturas y podría llegar a un fracaso orgánico irreversible.
Pues bien, parece ser que las personas mayores son, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), uno de los colectivos con más posibilidades de sufrir los llamados ‘golpes de calor’. ¿Y qué pueden hacer nuestros mayores para evitarlos? Beber mucho líquido, realizar comidas ligeras para evitar una digestión pesada, mantener la casa fresca y ventilada y no realizar ejercicios ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
Otros interesantes consejos que es bueno que sigan las personas mayores es evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo durante las horas de mayor intensidad, y no permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
Por lo visto, según explica la SEGG, las personas mayores tienen más riesgo de deshidratarse al ser menos sensibles a la sed y recuerda que esta situación además es más factible cuando hay una alta humedad relativa.
Y ojo a los síntomas de la hipertermia o golpes de calor: dolor de cabeza, la sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, desorientación, piel seca y enrojecida, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las temperaturas altas. Así que mayores estad atentos y si salís de vacaciones id al médico antes por si hubiera que hacer algún cambio en la medicación para evitar estos golpes de calor.