En la actualidad estÁ demostrado que mientras el sedentarismo supone un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, el llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios, tanto físicos como psicológicos, para la salud.
Y es que las personas que practican ejercicio con frecuencia muestran una mayor sensación positiva frente a personas sedentarias. Estos resultados incitan a que todos practiquemos con mayor asiduidad ejercicio físico, con el fin de mejorar nuestra salud.
también son incluso aplicables a las personas con síndrome de Down. Y es que a pesar de registrar un mayor riesgo de sufrir fracturas en los huesos y padecer problemas cardiovasculares por su densidad mineral ósea disminuida, lo cierto es que un entrenamiento de fuerza podría prevenir estos problemas.
Así lo han confirmado investigadores de la Universidad de Zaragoza, que tratarán de comprobar, mediante el proyecto de investigación titulado ‘Efecto del entrenamiento vibratorio en la masa muscular de adolescentes con síndrome de Down. Implicaciones hormonales y repercusión en la salud’, si un tipo de actividad física más intensa como es el entrenamiento de fuerza, y a edad infantil, puede resultar beneficioso para la salud general y capacidad funcional de las personas con esta discapacidad.
El estudio se centrará en establecer un entrenamiento vibratorio de diez minutos, tres días por semana, para comprobar una posible reducción de la deficiencia muscular observada en estos pequeños.