
La belleza de su pelaje, sus enormes ojos y sobre todo sus orejas puntiagudas caracterizan al lince ibérico, la joya de la corona de la biodiversidad española. Sin embargo, es una de las especies que se encuentra en estado crítico de extinción.
Actualmente, su supervivencia ha estado regida por cambio climático, la acción humana y la escasez de alimentos como consecuencia de la disminución de la población del conejo, un manjar imprescindible en la dieta de este felino. No obstante, esto se completa con estudios que han sido realizados recientemente por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los cuales afirman que la historia del lince ibérico ha estado marcada, durante mucho tiempo, por una población reducida que ha puesto en riesgo su supervivencia. Como consecuencia de este descubrimiento, hemos querido rendirle un especial homenaje a este bello animal. A este rey de la estepa española.
Para los investigadores, el fenómeno se explica por el denominado efecto «cuello de botella genético». La huella de la actividad humana o los drásticos cambios a finales de la última glaciación, causada por el calentamiento global durante el Holoceno (hace 10.000 años), también se barajan como causas.
Estas reflexiones han sido extraídas gracias al análisis del ADN mitocondrial de huesos y dientes, que guardan una antigüedad comprendida entre los 50.000 años y el siglo pasado, con el que se ha descubierto que no existen variaciones genéticas.
Sin duda una revelación que demuestra que su actual uniformidad genética no es un fenómeno que tenga que ver con su declive demográfico. Y es que a día de hoy, la densidad poblacional del lince no supera los 279 ejemplares en nuestro país. Debido a estos datos, es de vital importancia tomar medidas de conservación del medioambiente para proteger a los que nos quedan y que el lince ibérico no se convierta en un mero recuerdo.