En muchas regiones de Mauritania la población ya solo come una vez al día

Imagen de varias mujeres de Mauritania
Foto: Accion Contra el Hambre

En Mauritania, el tiempo se ha convertido en un pequeño reloj de arena en el que los granitos se filtran cada vez más deprisa, con una desesperación de vértigo.

Diversas ONG alertaron el pasado noviembre de que se avecinaba una profunda crisis nutricional en la región africana del Sahel a causa de la sequía. Y ya están empezando a hacerse patentes los peores pronósticos. Según acaba de anunciar Acción Contra el Hambre, en muchas regiones de Mauritania, como el Gorgol, gran parte de la población ya sólo puede comer una vez al día.

La ONG trabaja a contrarreloj desde que a finales del pasado año detectaron que se habían agotado los pastos demasiado pronto y que las cosechas no alcanzarían para alimentar a la población hasta la próxima recogida –en octubre–. El precio de los cereales se disparó y el del ganado se desplomó. Todo se ponía en contra, y el tiempo les ha dado la razón.

En estos momentos, según Acción Contra el Hambre, las reservas llegan a su fin, el número de niños afectados por desnutrición aguda se ha duplicado y los hombres de las comunidades de Samarra, Ndiokoundi, Boudami o Betchieck el Aly, en Gorgol, se han marchado a buscar dinero a la capital del país, Nouakchott.

Y esto no ha hecho más que comenzar. Según relata Fatimata Diop, una de las nutricionistas de Acción Contra el Hambre que trabajan en Mauritania, “a partir de ahora empieza lo peor”, a lo que añade que “tememos un aumento exponencial de los casos de desnutrición y la crisis se convertirá en catástrofe si no llueve en julio”.

El reto actual de Diop y sus compañeros es, en palabras de la nutricionista, “tratar de proteger a los niños más vulnerables con raciones de protección para evitar que caigan en desnutrición severa”.