
Hoy 21 de septiembre es la fecha elegida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conmemorar el Día Mundial del Alzheimer 2012. Esta es la forma más común de demencia, que padecen más de 25 millones de personas en el mundo, según un informe de la Alzheimer Disease International (ADI).
En nuestro país, los datos de la Fundación Alzheimer España indican que afecta a cerca de 650.000 personas, a las que habría que sumar las que aún están sin diagnosticar, por lo que el número total de enfermos rondaría los 800.000.
Para este año, el lema elegido es ‘Esfuerzo compartido’ y con él se trata de concienciar de que el Alzheimer es un problema sociosanitario de primer orden, que exige la participación de todos los agentes implicados, esto es, médicos, investigadores, trabajadores sociales, familiares y de la sociedad en su conjunto para tratar de erradicar la enfermedad.
Aunque el Alzheimer se ha convertido en algo relativamente común en nuestra sociedad, hoy puede ser un buen día para explicar muchas cosas que, a veces damos por supuestas, pero que nos ayudarán a comprender un poco más la enfermedad, sus síntomas y sus factores de riesgo.
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, de carácter progresivo e irreversible, que aún no tiene origen conocido y para la que, a pesar de los avances en investigación, aún no se conoce ningún tratamiento capaz de curarla.
Se caracteriza por la pérdida gradual de neuronas cerebrales que producen un deterioro progresivo de la memoria, el cálculo, la orientación e incluso el habla y el juicio en fases muy avanzadas. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todo el cerebro está afectado, sino que las lesiones se producen en áreas bien definidas, lo que explica la progresión de la enfermedad.

Primero se localiza en las amígdalas cerebrales y en el hipocampo, zonas encargadas de la memoria (por eso los olvidos cada vez más frecuentes) y de regular nuestra vida afectiva (de ahí los cambios de humor, la apatía y los comportamientos incoherentes) para luego pasar a los lóbulos frontales, que intervienen en la vida social y relacional del paciente.
Fases y síntomas de la enfermedad
Los expertos dividen la evolución de la enfermedad en tres fases: en la primera, conocida como ligera, comienzan los primeros despistes y alteraciones en la memoria. En lo referente al comportamiento, la persona afectada sufre cambios de humor bruscos y tiene tendencia a aislarse en su entorno familiar. Además, aunque continúa razonando con aparente normalidad, comienza a tener problemas para expresar los términos precisos y sus frases son más cortas.
La siguiente etapa se conoce como fase moderada y se caracteriza por la alteración de la memoria, el olvido de sucesos recientes y la incapacidad para asimilar y comprender situaciones nuevas. Sin embargo, aún persiste en su memoria el recuerdo de hechos pasados, aunque los sitúe mal en el tiempo.
También es la fase donde se dan más reacciones agresivas y desproporcionadas, se generan miedos injustificados, aumenta la fatiga corporal y su capacidad para comunicarse sufre una gran merma; repite las mismas frases y no finaliza los argumentos. En este estadío, además, comienza a tener problemas con la coordinación de movimientos, el equilibrio y sus gestos son imprecisos. Esto le lleva a no poder realizar con normalidad las actividades de su vida diaria (vestirse, asearse, conducir…), no tener capacidad de elección y pasar a ser una persona en situación de dependencia.
En la última fase, la severa, el enfermo ya no reconoce a su familia o amigos, pero sí conserva la memoria emocional y por tanto se da cuenta de la persona que le cuida, le ayuda y le quiere. Su humor es imprevisible y ha perdido la capacidad para comprender lo que se le dice, así como para expresar lo que siente.
Factores de riesgo
Un aspecto muy importante para conocer la enfermedad son sus factores de riesgo. En este caso puede tratarse factores genéticos, demográficos, médicos o relacionados con los hábitos de vida.
El principal es la edad y los estudios revelan que a partir de los 65 años los casos de Alzheimer aumentan exponencialmente, duplicándose cada cinco años; pero además existen diferencias entre géneros, ya que la mujer tiene más posibilidades de desarrollar la enfermedad que el hombre. Asimismo, el estrés y una alimentación no saludable, con gran cantidad de grasas y consumo de alcohol pueden favorecer la aparición de la enfermedad.
Otros se relacionan con la genética, puesto que influye el historial médico familiar así como las alteraciones en la proteína beta amiloide, que también constituyen factores de riesgo.
VIII Simposio internacional
Aprovechando la conmemoración del Día Mundial de la enfermedad, hoy se celebra en Madrid el VIII Simposio Internacional ‘Avances en la enfermedad de Alzheimer’. Un encuentro del que ya os hablamos en este post y que servirá para conocer los avances en investigación relativos a la enfermedad, sus factores de riesgo y la calidad de vida de los pacientes.
El Simposio está coordinado por el director científico de la Fundación CIEN, Pablo Martínez Martín, y Jesús Ávila, director científico de Ciberned y estará presidido por la Reina Doña Sofía, quien a través de su Fundación está muy vinculada a la investigación del Alzheimer.

Una lectura recomendada: Memorias del Alzheimer
Y para conmemorar esta Día Mundial también os queremos recomendar una novedad editorial. Se trata de ‘Memorias del Alzheimer. Doce vidas marcadas por la enfermedad, explicadas por primera vez’ del escritor y periodista Pedro Simón.
Este libro es fruto de un año de conversaciones con el entoreno más cercano de enfermos ilustres de Alzheimer como Antonio Mercero, Jordi Solé Tura, Adolfo Suárez o Mary Carrillo; y cuidadores conocidos, entre los que figura Carlos Boyero, Paco Roca, Javier Urra o Carmen Rigalt.
Tanto si la enfermedad neurodegenerativa está presente en tu vida como si no lo está, te recomendamos la lectura de esta «biografía del Alzheimer», que habla de doce vidas marcadas por la enfermedad.