Descubierto un nuevo hábitat marino para la reproducción de especies de valor comercial

Crinoideos Leptometra céltica
Foto: © OCEANA

Son infinitas las sorpresas que esconde el fondo de todos los mares y océanos del mundo, así como existe una inmensa variedad de seres vivos habitando bajo sus aguas. Una de las últimas ha sido el descubrimiento de un campo de crinoideos a más de 500 metros de profundidad en Portugal, concretamente, en la costa del Algarve.

Crinoideos
Foto: © OCEANA

Un grupo de científicos españoles y portugueses, coordinado por el Centro de Ciencias del Mar de la Universidad del Algarve (Ccmar), a bordo del Oceana Ranger durante la Expedición 2012 ha atisbado este nuevo ecosistema, mientras se llevaba a cabo una investigación sobre el impacto que la pesca de arrastre produce en las profundidades del agua salada, denominada ‘Impact’.

Estos animales, que poseen cinco brazos y que viven fijos al sustrato, son comúnmente denominados ‘lirios de mar’, debido a que la primera vez que se conocieron fueron confundidos con vegetales y no es frecuente que se ubiquen a esa profundidad.

De hecho, según los estudios, esto muestra, unido a las densidades tan altas en las que se han hallado, que han sufrido un mínimo o ningún impacto humano y que los fondos presentan buen estado.

Además, es interesante saber que los campos de esta especie son considerados sensibles por la Unión Europea, pues suelen ser utilizados por diversos tipos de peces comerciales para reproducirse, como el salmonete y la merluza. En esta ocasión, la retropesca o arrastre no ha dañado ni afectado a este fondo marino ni a al hábitat de crinoideos allí instalado. Si esto último hubiese ocurrido, habría dado lugar también a un impacto en el ecosistema del lecho marino.

La primera vez que se tomaron muestras de sedimentos fue durante la consecución de otro proyecto, financiado por el programa europeo Eurofleets, donde esta vez el trabajo realizado vino de la mano de investigadores a bordo del buque García del Cid. Fueron ellos los que levantaron las sospechas acerca de la existencia de hábitats como éste, aunque fue finalmente gracias a Oceana y a las imágenes captadas por su robot submarino (ROV) cuando pudo confirmarse.

Ahora, los expertos que han estado trabajando en esto serán los encargados de analizar todo lo recogido, lo que incluye toda una variedad de muestras diferentes para conocer con mayor exactitud el estado y situación de esta zona marina hasta ahora desconocida para el ser humano.