Obra Social Caja Madrid y la FNYH, a favor de la biodiversidad en el Oeste Ibérico

Campanarios de Azaba
Foto: Jose Antonio Hernandez/ FNYH

Un antiguo refrán indio dice que “la tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”. Cada vez más personas y organizaciones están convencidas de la verdad que encierra esta frase y se ponen manos a la obra para dejar un buen legado a las futuras generaciones.

Es el caso de la Fundación Naturaleza y Hombre y Obra Social Caja Madrid, que acaban de finalizar con excelentes resultados la última fase del proyecto ‘Conservación de la biodiversidad en el Oeste Ibérico’, que ha contribuido a la preservación y mejora de la biodiversidad de 132.878 hectáreas incluidas en la red ecológica europea Red Natura 2000.

La última fase de esta iniciativa ha contado con una cofinanciación de Obra Social Caja Madrid por valor de 20.750 euros y ha concluido en octubre de 2012.

 

Cartel de bienvenida en la Reserva Campanarios de Azaba
Foto: Juan Carlos Muñoz/ FNYH

Ya os hemos hablado en otros post sobre la Reserva Biológica Campanarios de Azaba que ha sido el corazón de este proyecto. Se trata de un espacio con más de 500 hectáreas, plagado de encinas y roble melojo, que alberga infinidad de especies propias del monte mediterráneo, como el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra o el búho real.

Los trabajos realizados en el marco de este proyecto han permitido el restablecimiento y aumento de la calidad y superficie de los hábitats naturales en el interior de la reserva.

Así, las labores de reforestación han dado como resultado la plantación de 2.650 árboles y se han reforzado con 32 hectáreas más los bosques de encinas. Por otra parte, se ha construido un muladar o punto de alimentación para aves necrófagas, lo que ha favorecido el aumento de poblaciones como la del buitre leonado o el buitre negro en el entorno.

En la misma línea, se han creado refugios artificiales (majanos) para el conejo de monte, pieza clave de la cadena trófica de la mayoría de los predadores presentes en los ecosistemas mediterráneos, animal cuya población se había reducido en los últimos años.

Impacto social del proyecto

Uno de los valores añadidos de este proyecto es que ha buscado la implicación de la población local, así como se ha trabajado en surtirles de información y en tareas de sensibilización acerca del valor natural del conjunto del Oeste Ibérico y de la Reserva Campanarios de Azaba a una escala más local.

Buitre negro en el muladar
Foto: Noelia Martín/ FNYH

Por eso se ha puesto en marcha un programa de sensibilización y educación ambiental, con propuestas como visitas a la reserva, o charlas dirigidas a escolares y también a la población adulta. En total, más de 50.000 personas han aprendido algo más acerca de la riqueza de los ecosistemas mediterráneos, de las amenazas a las que se enfrentan y de los que todos nosotros podemos hacer para preservarlos.

Como herramienta para difundir las  lecciones aprendidas con el proyecto, FNYH y Obra Social Caja Madrid han editado un Manual de Gestión Sostenible de Bosques Abiertos Mediterráneos.