Me llamo Nadia y con apenas 7 meses ya he vuelto a nacer. Me lo dijo mi madre cuando empezaba a recuperarme. Vivo en el distrito de Muzaffargargh, en Pakistán, y hace unos meses las inundaciones nos dejaron aislados. Azra -una profesional sanitaria que trabaja para Save the Children– llegó un día a casa y después de examinarme le dijo a mi madre que sufría desnutrición severa. Azra le explicó a mi madre que si no recibía tratamiento mi vida corría peligro
Azra llevó a Nadia a la unidad sanitaria más cercana y la empezó a alimentar con una pasta que sabe a cacahuete y que dicen, tiene muchas proteínas. Ahora la niña está mucho mejor, aunque su madre insiste en ir a pesarla para estar segura de que todo sigue bien.
Este podría ser el testimonio de una niña de siete meses en muchas zonas del mundo, como en Pakistán, donde cada año mueren 423.000 niños y niñas antes de llegar a su quinto cumpleaños. El trabajo de personas como Azra es fundamental en lugares como Pakistán, donde la mayoría de la población vive en zonas rurales con difícil acceso a la atención sanitaria. Sin embargo, su trabajo no es fácil y muchas veces, tremendamente peligroso.
A finales de 2012, al menos siete trabajadores sanitarios murieron asesinados mientras desempeñaban una campaña de vacunación contra la polio.
Pero a pesar de las dificultades, día tras día son miles los voluntarios dispuestos a ayudar a millones de niños a disfrutar de su derecho a la superviviencia: Su derecho a ser hoy y a seguir siendo mañana.
‘Hoy soy, mañana seré’ es el lema de la nueva campaña puesta en marcha por la ONG Save the Children para recaudar fondos y que, entre todos, ayudemos a salvar vidas. ¿Colaboras?