Los damnificados por las inundaciones de Mozambique vuelven a perderlo todo, salvo la esperanza

Varios niños mozambiqueños
Foto: CAFOD

Tiene más de 21 millones de habitantes y se independizó de Portugal hace relativamente poco tiempo, en 1975. Parece que debe su nombre a ‘Mussa Ben Mbiki’, un comerciante árabe que se estableció en esta zona del sureste africano a orillas del Índico. Por si no has tenido suficientes pistas, te aclaramos que estamos hablando de Mozambique, un país que hoy visitamos en este blog porque necesita ayuda urgente.

Resulta que a finales de enero, la provincia llamada Gaza, situada al sur del país, vivió unas devastadoras inundaciones que provocaron decenas de víctimas mortales y que hicieron que 150.000 personas tuvieran que desplazarse a otras zonas. Para muchos mozambiqueños esta situación no es nueva; todo lo contrario, porque les recuerda a las terribles inundaciones registradas en el año 2.000, en las que perdieron la vida 800 personas y otro millón de ciudadanos tuvo que ser desplazado.

Santo Gotine, uno de los responsables de la Organización No Gubernamental Cáritas en Mozambique cuenta que lo primero que le alertó fue el sonido de los helicópteros y que:

Las riadas han cogido por sorpresa a los habitantes de Chokwe. Nadie esperaba unas inundaciones a  esta escala. Normalmente se  emiten llamamientos de alerta con una semana de antelación, pero esta vez  la gente apenas tuvo 24 horas para prepararse

Ante esta situación de emergencia, Cáritas Mozambique ha puesto en marcha una operación urgente de ayuda a los damnificados desde un centro de alojamiento temporal ubicado a 30 kilómetros al este de Chokwe, desde el que proporciona asentamiento y agua potable a unas 70.000 personas.

Un grupo de niños de Mozambique
Foto: CAFOD

Aunque las comunidades locales de Cáritas se han movilizado rápidamente para prestar ayuda a los damnificados y están ofreciendo refugio a tantas personas como pueden, es tanta la gente que necesita asistencia inmediata  que es  muy difícil ayudarlos a todos, pues las necesidades son enormes

Así lo asegura el padre Eugenio, uno de los responsables de Cáritas de Xai-Xai.

Puesto que la mayoría de las personas tuvieron que huir sin poder llevarse nada con ellas, se necesita de todo, desde alimentos hasta agua potable, pasando por suministros médicos, carpas y mosquiteras. La situación es tal que los niños están hambrientos y están apareciendo casos de diarrea y malaria.

Tenemos gente durmiendo bajo los árboles y en terreno abierto. Necesitamos urgentemente encontrar refugio para ellos. En la parroquia de Macia hemos acogido a 9.000 personas y tanto aquí como en Chaakalene hay muchos niños vulnerables a las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la disentería y el paludismo

 

Las comunidades rurales son las más afectadas por las inundaciones
Foto: Ludger Smolka. Cáritas Alemania

A esto unimos el impacto psicológico que estás inundaciones están causando en la población de las comunidades rurales, que ya lo perdieron todo durante las inundaciones del año 2000 y necesitaron muchos años para reconstruir sus vidas. Ahora, 13 años después, se encuentran lamentablemente en la misma situación.