Aunque la aparición de Alzheimer por causa hereditaria solo supone un 2% de los casos en la actualidad, expertos del Centro Médico de la Universidad de Duke en Estados Unidos han afirmado que una historia familiar en relación a la enfermedad se considera un factor de riesgo.
Los resultados de este estudio, publicados en la edición online de la revista ‘Plos One’, concluyen que una persona con antecedentes de familiares a los que se les ha diagnosticado Alzheimer es entre dos y cuatro veces más propensa a padecer la enfermedad que aquella cuya historia familiar no tiene parientes cercanos con Alzheimer.
Este historial clínico familiar hace, según los investigadores, que las personas sanas o ligeramente olvidadizas con un pariente de primer grado con Alzheimer tengan tendencia a desencadenar la acumulación silenciosa de placas de proteína beta amiloide y la contracción de centros de memoria.
El estudio contó con una muestra de 257 adultos, con edades comprendidas entre 55 y 89 años y tanto sanos como con ciertos niveles de deterioro cognitivo y en sus resultados se apreció que la variación del gen APOE, relacionada con un mayor riesgo y un inicio precoz del Alzheimer, se manifestaba de forma excesiva en aquellos individuos que tienen un historial familiar ligado a la enfermedad.
Además, se apreciaron otras diferencias biológicas entre el grupo de los que tienen una historia familiar y los que no, lo que sugiere que aún hay más sin identificar que pueden influir en la aparición de la enfermedad incluso antes de su desarrollo.
Debido precisamente a este desconocimiento de la influencia de la parte genética, la investigación relacionada con el historial clínico familiar puede servir como mecanismo de estratificación y clasificación, para desarrollar una atención y un tratamiento más personalizados en las personas que han desarrollado la enfermedad de Parkinson.