Ya os hemos hablado en alguna ocasión del coworking, y os contamos que es el término anglosajón que se suele usar para referirnos a los espacios comunes de trabajo que usan, por ejemplo, autónomos y freelances que no disponen ni de oficina ni del espacio necesario para trabajar en su propio domicilio.
Por supuesto, que esta forma de abordar una tarea profesional tiene muchas más connotaciones positivas, que van más allá del hecho de compartir un espacio físico. Lo habitual es que se generen sinergias y que se aborden proyectos de forma colaborativa, ya que, en definitiva, se trata de trabajar juntos.
Hoy os traemos un ejemplo de centro de coworking. Se llaman Unsinvivir, están ubicados en Bizkaia, y además de compartir características con otros espacios de trabajo similares, tienen la particularidad de haber prestado una atención especial a la accesibilidad de sus instalaciones. Les hemos pedido que nos expliquen qué es el coworking, bajo su punto de vista, y que nos cuenten un poco cuál es su filosofía. Este es el resultado:
En principio fue el verbo; es decir, el término coworking como expresión de una alternativa a las formas y modos de trabajar. Hoy en día, de la mano de los medios, del esfuerzo colectivo de muchas personas y, por qué no decirlo, de la crisis, el concepto ha conseguido instalarse en nuestro vocabulario. Ahora toca dibujar sus aristas, perfilar su filosofía y definir su aportación.
Lo más importante de un espacio de coworking son las personas. Citando a Manuel Zea, precursor de CoworkingSpain, “el coworking es similar a las redes sociales, pero con la presencia física de los participantes, lo que resulta todavía más efectivo”. No se trata sólo de compartir un espacio de trabajo sino de generar un espíritu de comunidad. Se trata de coparticipar, de colaborar, de interactuar con los habitantes del espacio de manera que todos y todas reciban y aporten. En este sentido, el coworking es un espacio vivo. Y vive también atendiendo a su entorno. De ahí deriva la asunción en estos espacios de premisas como la sostenibilidad, el consumo energético responsable, la reutilización y el reciclaje y el compromiso social.
En Coworking unsinvivir encontramos un ejemplo de compromiso social con las personas que tienen algún tipo de discapacidad física. En su espacio de Erandio, Bizkaia, ubicado en unas instalaciones completamente accesibles, han integrado un área equipada con mobiliario adaptable a las necesidades de cualquier persona que necesite para moverse una silla de ruedas. Si hay un colectivo condicionado a trabajar desde casa por las dificultades de poder acceder a un espacio de trabajo totalmente accesible es este. En Unsinvivir han querido que su espacio no ponga trabas a este colectivo.