Recuperan un águila electrocutada tras trasplantarle las plumas con fibra de vidrio

Águila culebrera recuperada
Foto: Junta de Andalucía

Por regla general, las aves que son víctimas de una electrocución suelen morir, bien de forma instantánea tras la descarga eléctrica, bien a causa de las lesiones internas. Pero hoy os traemos una historia con final feliz protagonizada por un águila culebrera que, gracias al trabajo de los profesionales del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (Crea) Dunas de San Antón, ubicado en Cádiz, ya ha sido liberada.

El ave protagonista de esta aventura sufrió una grave electrocución por contacto con un tendido eléctrico. Tras el incidente, fue sometida a una operación que se prolongó durante más de cuatro horas, el tiempo necesario para trasplantarle todas las plumas de ambas alas y también de la cola, que habían quedado totalmente quemadas e inservibles para el vuelo.

Alas del áquila quemadas durante la intervención quirúrgica
Foto: Junta de Andalucía

Para trasplantar las plumas, una a una, se utilizaron varillas de vidrio, un material ligero que sirvió como nexo de unión entre las plumas calcinadas y las nuevas. El cambio de todas y cada una de las plumas de vuelo precisó de cuatro horas de intenso trabajo de cuatro personas divididas en dos grupos independientes, para que la operación fuera lo más rápida posible.

En concreto, se utilizaron plumas de tres donantes diferentes y de la misma especie que el paciente (dos cadáveres y un ejemplar irrecuperable), que sustituirán a las calcinadas de este águila culebrera, hasta que el animal mude el plumaje de forma natural. Los profesionales optaron por esta técnica del injerto, frente a la opción que suponía esperar a la muda del plumaje completo de forma natural, ya que este proceso se prolonga durante más de un año, lo que hubiera hecho imposible que el animal pudiese migrar con otros ejemplares de su especie hacia lugares más cálidos tras el verano.

Intervención quirúrgica del águila culebrera para trasplantarle las plumas
Foto: Junta de Andalucía

Además del trasplante de plumas, el ave fue sometida a curas diarias para sanar sendas heridas en sus patas causadas por la electrocución. Después de dos meses de tratamiento, las heridas cicatrizaron.

Tras los exitosos tratamientos, el animal fue trasladado a una instalación especial en la que pudo entrenar su vuelo y ganar masa muscular, después de haber permanecido dos meses sin volar a causa de las lesiones que le produjo la electrocución.

Una vez trascurrido el tiempo necesario para su rehabilitación, este águila ha sido liberada en el Parque Natural de Los Alcornocales (Cádiz) para que pudiera unirse al viaje migratorio de ejemplares de su especie a su paso por la zona.

Momento de la suelta del águila culebrera
Foto: Junta de Andalucía