Sinergia emocional

Bernabé Tierno (2007) dijo que el afecto es una necesidad primaria del ser humano. Consiste en una ayuda completa a otra persona o ser vivo, y está constituido por las expresiones de amor, cariño, besos, caricias, abrazos… y también por el proveimiento de las necesidades básicas como la alimentación, el hogar, la educación, etc. Sentirse querido y amado, disponiendo además de todas las necesidades básicas de la vida, es un estado de bienestar que nos ayuda a vivir. 

Cuando expresamos lo que penamos o lo que sentimos es imprescindible cuidar las palabras. Hoy sabemos que éstas pueden devolver las ganas de vivir hasta al más pesimista. La clave está en conseguir ser una persona tónica y alentadora, en primer lugar para potenciar nuestra felicidad, mejorar el carácter y encontrarse mejor; ya que mantener un estado de ánimo positivo tiene efectos muy favorables en la salud tanto física como emocional.

La mejor manera de crear emociones positivas, es teniendo emociones positivas, ejercicio para construir emociones positivas, esta afirmación suena obvia, pero refleja un aspecto fundamental a entender: las emociones se refuerzan a sí mismas.

Las emociones negativas  crean un círculo vicioso que se refuerza a sí mismo, esto ocurre igual con las emociones positivas; por ello la mejor forma de crear emociones positivas es estando previamente en un estado de positividad, de no ser así tenemos que dar el salto hacia esta positividad.

Siguiendo el modelo pirámide de necesidades del ser humano de Maslow, las necesidades básicas son:

Necesidades de seguridad: si se ven amenazadas generarán ansiedad, fobias, adicciones, agresividad, histeria…

Necesidades fisiológicas: lo que nuestro cuerpo necesita para sobrevivir, la negatividad nos arrastrará hacia ellas en forma de agotamiento, somnolencia, comer demasiado o demasiado poco, vagancia, depresión…

La función del círculo vicioso de las emociones negativas que nos lleva a centrarnos en las necesidades básicas es el de protegernos de un peligro, posicionarnos para mantener nuestros recursos ante una situación adversa. Cuando tenemos emociones positivas, nuestro cerebro amplia su perspectiva, ya no siente la necesidad de protegerse sino de expresarse.  Los horizontes de nuestra mente se expanden permitiéndonos sentir una variedad, a veces novedosa, de pensamientos y sensaciones así como una determinación para llevar a cabo acciones orientadas a explorar el mundo y desarrollar nuestro potencial.

 En definitiva, en una entrevista de trabajo,  puedes contagiar tu optimismo, con tus expresiones, de modo que el seleccionador, genere una respuesta positiva hacia ti, conseguir que te contrate.