Los astrocitos podrían proporcionar un nuevo enfoque en el tratamiento del Parkinson

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Foto: Wikipedia

Un estudio realizado por la universidad estadounidense de Rochester ha abierto un nuevo campo de investigación para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.

Este trabajo, publicado en la revista EMBO Molecular Medicine, indica que una población de células cerebrales conocidas como astrocitos podrían, si se manipulan bien, actuar como reparador de diferentes daños neurológicos que ocasiona el Parkinson, por lo que podría suponer un nuevo enfoque para el tratamiento de esta enfermedad.

Los astrocitos, también conocidos como astroglías, son un tipo de células gliales con forma similar a la de una estrella, que se originan en las primeras etapas de desarrollo del sistema nervioso central.

Para la realización de este estudio, los investigadores utilizaron un modelo animal y demostraron que con una sola terapia podían repararse distintas afecciones neurológicas, un beneficio que no se había logrado hasta el momento.

En este sentido, el investigador principal Chris Proschel afirma que “uno de los desafíos centrales en la enfermedad de Parkinson es que muchos tipos diferentes de células están dañadas, cada una de las cuales tiene potencial importancia”.

Y es que aunque la comunidad científica coincide en expresar la importancia de la preservación y restauración de las neuronas dopaminérgicas, que son las que más se pierden cuando se desarrolla la enfermedad; cualquier terapia que pretenda ser exitosa debe, además de regenerar las neuronas dopaminérgicas, preservar las zonas del cerebro afectadas y reparar otras poblaciones de neuronas.

Para ello, el equipo de científicos aisló una población de células del sistema nervioso central e indujeron a las células a producir una serie de astrocitos. Dichos astrocitos actúan como agente reparador, restaurando la totalidad de la estructura celular y manteniendo el ambiente saludable en el cerebro. Asimismo, permiten que las células nerviosas del cerebro se recuperen y reanuden su actividad.

Los astrocitos se implantaron en ratas que habían desarrollado Parkinson y tras el trasplante los animales recuperaron neuronas dopaminérgicas pero además también se repararon otro tipo de células nerviosas conocidas como interneuronas, que juegan un papel fundamental en el procesamiento de la información y en el control de los movimientos, y que también se pierden cuando se desarrolla Parkinson.

Además, las ratas recuperaron sus habilidades motoras y revirtieron los síntomas de la enfermedad, puesto que también aumentó su nivel de una proteína clave en la comunicación de las células nerviosas.

La importancia de este descubrimiento radica en que puede cambiar el enfoque en las distintas terapias contra el Parkinson, aunque los propios investigadores piden prudencia y recuerda que esta investigación se ha realizado con modelos experimentales en animales.