La imagen de la semana: los niños, objetivo del conflicto de República Centroafricana

Cuando las actividades organizadas no están planeadas, los niños pueden salir y entrar con total libertad del centro. Este proporciona alojamiento, apoyo psicosocial, atención de la salud, la educación y las oportunidades de formación profesional a la vez que se trabaja para reintegrar a los niños con sus familias. La pared exterior del centro lleva el logotipo de UNICEF y una ilustración de un rifle AK-47 tachado, lo que indica que las armas no están permitidas en las instalaciones.  El centro ofrece alojamiento, apoyo psicosocial, atención de la salud, la educación y las oportunidades de formación profesional mientras se trabaja para reintegrar a los niños con sus familias. La pared exterior de la central lleva el logotipo de UNICEF y una ilustración de un rifle AK-47 que ha sido tachado, lo que indica que las armas no están permitidas en las instalaciones. En diciembre de 2012, en la República Centroafricana, el conflicto sigue empeorando las condiciones de vida en lo que ya es uno de los países más pobres del mundo, con una de las tasas más altas de mortalidad de niños menores de cinco años. La infraestructura vital ha sido destruida, existe un acceso muy restrictivo a la asistencia sanitaria, la educación y otros servicios básicos. Además, numerosos grupos armados nacionales y extranjeros siguen reclutando la fuerza de niños, usándolos como guardias, combatientes, empleados domésticos y esclavos sexuales, entre otras funciones. UNICEF brinda apoyo a centros de tránsito que ayudan a los niños a superar algunos de los efectos del abuso, la explotación y la violencia de que han sido objeto y en las que han participado. Los centros proveen refugio, apoyo psicosocial, atención de la salud , la educación y las oportunidades de formación profesional mientras se trabaja para reintegrar a los niños con sus familias. A nivel mundial, miles de niños siguen privados de sus derechos más básicos a través de la asociación con las fuerzas y grupos armados. UNICEF continúa abogando por su liberación y apoya los esfuerzos de rehabilitación en curso que, desde 1998, han ayudado a más de 100.000 niños de reintegrarse a sus comunidades.
Foto: Unicef

Falta de servicios básicos, alimento y refugio. Reclutamiento forzoso y numerosas víctimas de la violencia. Estas son sólo algunas de las consecuencias del conflicto en República Centroafricana, secuelas que asumen un total de 2,3 millones de niños.

Las cifras son escalofriantes: 133 niños muertos o mutilados, según Unicef. En este drama se traduce el conflicto étnico-religioso entre las milicias anti-Balaka y los excombatientes Seleka, actos que constituyen una grave violación de los derechos de los más pequeños.

Pero no sólo eso, sino que en la capital del país, Bangui, dos de cada tres personas se han visto obligadas a huir y viven desplazadas en 65 refugios cercanos a la ciudad o con familias de acogida. El número total de refugiados asciende ya a 825.000 personas, de las cuáles, al menos la mitad son niños.

Además, desde Unicef alertan de que la asistencia humanitaria ya no es suficiente. Ni salud, ni educación, ni vida. Así lo reflejan las cifras. Un total de 14.074 niños están siendo tratados por desnutrición aguda grave, por lo que ha sido necesaria la apertura de 112 unidades de nutrición y terapéuticas, y se han distribuido 218 toneladas de suplementos nutricionales.

Casi 600.000 pequeños han sido vacunados contra el sarampión pero muchos ni siquiera están lo suficientemente fuertes como para afrontar esta enfermedad. En Bangui, 13 asentamientos de desplazados han recibido suministros médicos para dar servicio a 129.000 personas, 12.500 personas con VIH han sido atendidas y se han distribuido artículos de salud en emergencias a 1.000 niños.

Ante esta situación, Unicef ha hecho un llamamiento de 62 millones de dólares, unos 45,4 millones de euros, para poder responder durante 2014 a las necesidades de los afectados por el conflicto. Si quieres ayudar, puedes hacerlo desde este enlace.

Niños soldado

Unicef suma fuerzas para luchar contra una lacra que ha vuelto a aparecer en este conflicto bélico: el reclutamiento de niños soldado. Muchos menores eran – y son – utilizados para diversos fines: algunos luchaban, otros ayudan a los soldados a limpiar sus armas o incluso su casa y muchas niñas eran sometidas a la explotación sexual.

Representantes de Naciones Unidas han estado negociando con las autoridades transitorias para permitir el acceso, antes denegado, a todas las bases militares para poder liberar a los niños.

A medida que el conflicto se intensifica, el número de menores reclutados se cree que va en aumento. De hecho, Unicef alerta de que el número de niños relacionados con grupos armados en el país ha aumentado hasta al menos 3.500, aunque la cifra podría ascender a 6.000.

¿Qué sucede en la República Centroafricana?

Echemos la vista atrás: el pasado marzo, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abría una crisis política en el país que todavía continúa. A partir de ahí, Naciones Unidas asegura que se ha desatado una espiral de violencia entre grupos cristianos y musulmanes en los últimos meses.

Aún así, República Centroafricana no ha sido nunca un país estable. Desde que se independizó en los años 60, su historia ha estado marcada por varios golpes de Estado y rebeliones. El resultado de esta inestabilidad podría ser la proliferación de armas ilegales que han caído en manos de grupos armados fuera de control y el tráfico de diamantes para poder financiarse.

Ante la situación de desgobierno y la falta de seguridad, Francia ha enviado tropas al país, bajo el aval de la ONU, para restablecer el control pero los exilios forzosos, las matanzas indiscriminadas y los saqueos continúan.