Revisa tu audición y ayuda a menores con discapacidad auditiva

Uno de cada cinco españoles escucha a diario ruidos perjudiciales para su salud
Foto: Fundación Oír es Clave

El tráfico, los aviones, los electrodomésticos, los locales de ocio, las fábricas o industrias… ¿a qué os suena todo eso? A ruido ¿verdad? Hoy, Día Internacional contra el Ruido, os hablamos de una iniciativa de la Fundación Oír es Clave, dedicada a la atención a la deficiencia auditiva, con la que podremos hacernos una revisión audiológica y, al mismo tiempo, financiar el tratamiento de niños con discapacidad auditiva.

Del 5 al 10 de mayo, esta organización nos ofrece la posibilidad de realizar, previa petición de cita, un estudio audiológico por un simbólico precio de 10 euros en su sede madrileña, ubicada en la calle Santísima Trinidad, número 33.

Además de revisar nuestra audición, con este acto contribuiremos al mantenimiento del centro de la Fundación, que es pionero en Europa en la atención integral de menores de 0 a 6 años con cualquier tipo de discapacidad auditiva. Si necesitáis más información podéis llamar al 911 922 250 o escribir al correo clave@oiresclave.org

¿Sabéis que la contaminación acústica se ha convertido en la segunda causa de enfermedad por motivos ambientales, solo superada por la contaminación atmosférica? Lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciarnos de que el ruido enferma, y de forma grave.

Además de pérdida auditiva, el ruido provoca estrés, trastornos del sueño, ansiedad, pérdida de memoria y dificultades de aprendizaje. Tantos daños provoca que, según los expertos, en las zonas con altos niveles de ruido las tasas de ingresos en hospitales son más altas.

Una de cada cinco personas en España, lo que sume en total nueve millones, convive a diario con ruidos que sobrepasan los 65 decibelios, que es el umbral de ruido diurno establecido por la OMS por ser nuestro límite de tolerancia. Para la noche, a fin de garantizar el descanso, la Organización Mundial de la Salud marca unos niveles que están por debajo de los 30 decibelios.

Para que os hagáis una idea, una respiración tranquila está en los 10 decibelios y el sonido del bullicio cuando hay mucha gente es de 50 a 60 decibelios. A partir de los 85 decibelios comienza el peligro de que se produzcan lesiones auditivas irreversibles.

La prevención es, según la Fundación Oír es Clave, la herramienta para minimizar las consecuencias que genera el ruido y limitar además la contaminación acústica: usar tapones y alejarse de la fuente sonora son dos medidas sencillas, pero muy efectivas.

Si creéis que ponéis la televisión a un volumen elevado, si no entendéis lo que os dicen cuando os hablan desde otra habitación o si pedís aclaraciones porque no entendéis bien lo que se dice cuando estáis en un grupo, tal vez tengáis problemas de audición. ¿Os animáis a revisarla? Si no, ayudar a menores con discapacidad es siempre una buena causa.