La jardinería como terapia contra la demencia

Imagen de flores en un jardín.

Un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Inglaterra, ha concluido que los espacios abiertos pueden traer un conjunto de beneficios terapéuticos para las personas con demencia.

La investigación, publicada en la Revista de la Asociación Americana de Directores Médicos, demuestra que los jardines favorecen la relajación, estimulan la actividad y reducen la agitación de las personas con demencia.

Estos espacios ayudan a los pacientes pero también a los visitantes y a los profesionales que los acompañan, pues estimulan los recuerdos de los mayores y hacen que mejoren su interacción social.

El estudio realizado expone varios análisis previos sobre el tema y pone de relieve distintos aspectos que se han de tener en cuenta para que el paciente pueda disfrutar de la mejor forma estos espacios al aire libre. Así, resalta la importancia del acompañamiento de estas personas por los profesionales especializados.

En este sentido, Ruth Garside, una de las investigadoras, afirma:

Queremos evaluar la respuesta de cada paciente para asegurar que las experiencias se aprovechan al máximo por los personas con demencia, sus cuidadores y familias

Rebecca Whear, directora de la investigación, asegura que hay un «interés creciente» para conseguir que los pacientes no necesiten de medicación para mejorar:

Pensamos que los jardines podrían beneficiar a los pacientes, proporcionándoles la estimulación sensorial necesaria y un ambiente que favorece los recuerdos del paciente. Son además espacios perfectos para la relajación y para el recuerdo de hábitos que han proporcionado bienestar al enfermo en el pasado

La demencia es una prioridad para la salud pública actual, ya que cada año se diagnostican casi ocho millones de nuevos casos en el mundo. Se ha verificado que casi la mitad de las personas mayores que viven en residencias, tienen demencia, o presentan algún tipo de síntoma.