Sufrir golpes repetidos en la cabeza puede provocar la aparición de Alzheimer y Parkinson

Hipocampo vista frontalUn estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience afirma que sufrir traumatismos en la cabeza puede ser una causa de la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Esto se produciría porque las lesiones traumáticas que producen los golpes, aunque leves, pueden interrumpir la función del sistema de eliminación de residuos del cerebro y si no se lleva a cabo este proceso, conocido popularmente como ‘sacar la basura’, se acumulan las proteínas tóxicas que llevan a desarrollar Alzheimer o Parkinson.

El responsable del estudio es Maiken Nedergaard, codirector del University of Rochester Center for Translational Neuromedicine, quien afirma que una lesión por golpe en el cerebro a edades tempranas aumenta significativamente el riesgo de que aparezca una demencia en los años posteriores.

Esto desencadena una serie de acontecimientos en cascada que merma la capacidad del cerebro para deshacerse de las sustancias perjudiciales, lo que produce que se acumulen en él tanto proteína Tau como proteína beta amiloide que pueden llegar a niveles tóxicos.

Según se describe en el artículo, esta serie de hallazgos pueden cambiar la manera en la que los científicos se acercan y entienden los trastornos neurológicos. Este trabajo se apoya en otro anterior en el que el propio equipo de Nedegaard describió un sistema de eliminación de residuos en el cerebro conocido como ‘sistema glinfático’.

La última investigación se centra en el impacto que tienen los traumatismos o golpes en el ‘sistema glinfático’. Se ha observado que la proteína Tau tiene un papel importante tras un traumatismo, porque ayuda al cerebro a estabilizarse y a recuperar la conexión entre dendritas y axones.

Con los golpes fuertes, un gran número de estas proteínas estabilizadoras dejan de cumplir su función, salen de los axones y se depositan entre las células del cerebro formando acúmulos cada vez mayores que pueden llegar a ser tóxicos y producir una enfermedad neurodegenerativa.

Por último, explican también que el sistema glinfático es más activo durante la fase de sueño, por lo que los investigadores también han relacionado la dificultad para dormir de los pacientes con Alzheimer y la relación entre el sueño y esta enfermedad.