¿Sabíais que varios fármacos de uso común podrían causar demencia? Así lo advierte un trabajo de investigación que se ha publicado en Archives of Internal Medicine y cuyas conclusiones os plasmamos hoy en nuestro blog.
Y es que, según el estudio, un mal o prolongado consumo de ciertos antidepresivos o de medicamentos para la alergia se vincula con un deterioro cognitivo que podría ser irreversible.
Fármacos anticolinérgicos – encargados de bloquear la acetilcolina, neurotransmisor del sistema nervioso – como los antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos de primera generación o antimuscarínicos para el control de la vejiga podrían aumentar el riesgo de desarrollar demencia, incluyendo la enfermedad de Alzhéimer.
Para llegar a esta conclusión, el trabajo ha analizado, durante más de siete años y en una muestra superior a 3.500 personas, si existía un vínculo entre el consumo de este tipo de fármacos y la demencia y así se ha demostrado: a mayor consumo de medicamentos anticolinérgicos, más riesgo de desarrollar demencia.
Por ejemplo, el estudio estima que las personas que toman al menos 10 mg/día de doxepina, 4 mg/día de difenhidramina o 5 mg/día de oxibutinina durante más de tres años podrían suponer un riesgo para desarrollar demencia.
Asimismo, cabe señalar que este riesgo puede persistir y puede no ser reversible incluso años después de que se hayan dejado de tomar.
Si bien, la buena noticia es que hay medicamentos alternativos para la doxepina y la difenhidramina que sería un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, como citalopram o fluoxetina para la depresión y un antihistamínico de segunda generación como la loratadina para las alergias.
Eso sí, el estudio señala que es más difícil encontrar medicamentos alternativos para la incontinencia urinaria.
El trabajo de investigación tendrá una segunda parte porque algunos de sus participantes han dado su consentimiento para que, una vez fallecidos, se haga la autopsia en su cerebro con el fin de comprobar si aquellos que tomaron medicamentos anticolinérgicos tienen patología relacionada con el alzheimer en sus cerebros en comparación con aquellos que consumieron estos fármacos.