Las claves de la nueva ‘ley crowdfunding’

Las claves de la nueva ley crowdfundingSeguro que en los últimos meses has escuchado hablar de un proyecto de ley para regular el crowdfunding en España. Quizá incluso te hayas enterado de que esta norma (en realidad llamada Ley de Fomento de la Financiación Empresarial) ya ha sido aprobada por el Congreso y publicada en el BOE. Pero probablemente te falte lo más importante de todo: desenmarañar los trabalenguas legales para comprender cuáles son las claves e implicaciones de esta ley.

No te preocupes: para eso estamos nosotros. Lo cierto es que se trata de una iniciativa que ha generado controversia desde su origen, desde que a comienzos de 2014 se publicase un primer anteproyecto que, en general, no gustó. Ni a las webs que ofrecen soporte para crowdfunding, ni a quienes habían recurrido a este sistema en busca de financiación, ni a los usuarios e inversores que habían puesto dinero para impulsar algún proyecto. El texto definitivo no ha enterrado todas las controversias, ni mucho menos; pero sí se ha aproximado más al consenso.

Si vas a utilizar el crowdfunding, sea para financiarte o para invertir, lo ideal es que busques asesoramiento profesional. Pero a modo de orientación, te contaremos cuáles los aspectos más relevantes de la nueva ley.

  • Las plataformas web que prestan servicios de crowdfunding disponen de seis meses para adaptarse a las nuevas normas del juego. Entre otras cosas, para hacer llegar toda la información requerida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), desde ahora responsable de supervisar los proyectos que elijan este modelo de financiación.
  • La ley no afecta al crowdfunding de recompensas. Por ejemplo, si quieres grabar un disco y te financias por esta vía, ofreciendo distintas recompensas a quienes te aporten sus donativos.
  • La ley sí afecta al equity crowdfunding (financiación a cambio de participaciones accionariales para los inversores) y al crowdlending (los inversores prestan dinero y lo recuperan con intereses).
  • El capital social mínimo para constituir una plataforma de equity crowdfunding es de 60.000 euros (desembolsados en efectivo); si bien la ley deja la puerta abierta a otras alternativas.
  • Desde este momento existen dos tipos de inversores: acreditados y no acreditados. ¿Quién puede ser un inversor acreditado? Cualquier persona que acredite una renta de más de 50.000 euros anuales o disponga de un patrimonio de más de 100.000. También las instituciones o empresas que lo pidan y superen un activo de un millón de euros, unos recursos propios de 300.000 o una cifra de negocio de 2 millones. ¿Quiénes son los inversores no acreditados? El resto.
  • No hay límite de inversión para los acreditados, mientras que los no acreditados pueden aportar anualmente un máximo de 3.000 euros por proyecto y 10.000 en total.
  • Una startup financiada vía equity crowdfunding con inversores acreditados puede solicitar un máximo de 5 millones de euros. Si se recurre a los inversores no acreditados o al crowdlending, el tope estará en 2 millones.
  • Lo que no había hasta la fecha era un límite superior. Esto es: si un proyecto pedía 50.000 euros y despertaba tanto interés que acababa reuniendo 100.000, sencillamente podía disponer de esos fondos. Desde ahora, no está permitido sumar más de un 125%. Esto obligará a emprendedores y empresas a ajustar sus peticiones.


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