Lágrimas Negras: ‘artivismo’ contra la trata de personas


Cuando el arte tiene, además de valores técnicos y estéticos, un compromiso con la transformación de la sociedad, su valor es doble. Puede que la valía de ‘Lagrimas Negras’ sea aún mayor, porque a lo indicado anteriormente une la fuerza que le proporciona ser una creación colectiva. Se trata de un proyecto guiado por Alejandra Corral ‘Kuska’, artista e investigadora que desea concienciar al mundo sobre la importancia de luchar contra las violaciones de los derechos de las mujeres, especialmente en casos de trata con fines de esclavitud sexual.

Pero, ¿qué es ‘Lágrimas Negras’? Físicamente, por así decirlo, es un tapiz de 14 metros bordado por 2445 mujeres de 46 nacionalidades distintas, que alzan de este modo su voz contra la trata de personas. En el centro vemos a una mujer, tan dolorida que ha sentido cómo su corazón se ha parado. A su alrededor están los trabajos de las voluntarias, océanos de lágrimas abstractas brotadas de los mismos ojos de quienes han sido víctimas de la explotación sexual.

‘Artivismo’ en su estado más puro, arte que llama a la movilización social, a trabajar por cambios reales. Nunca antes se había realizado en España una obra colectiva íntegramente femenina de estas dimensiones. Como podrás observar, si su belleza visual es grande, más todavía lo es su belleza simbólica, los sentimientos, intenciones e historias que debes buscar en sus costuras.

Su elaboración ha costado dos años de trabajo, un enorme esfuerzo que da sus frutos haciendo que estos mensajes lleguen lo más lejos posible. Por eso ha pasado por The Other Art Fair en Londres, por  la Universidad de Valladolid; y por eso viajará por Inglaterra, Estados Unidos, Bélgica, Francia, Italia, Japón, Portugal… antes, por supuesto, de regresar a España. Podrás verla en Madrid a finales de noviembre, en la sede de Tabacalera (Embajadores, 51).

Todos los beneficios que la obra genera, tanto a través de derechos de autor como en la subasta final, se destinan al Proyecto Esperanza y la Fundación Amaranta, pilares en la creación apoyando el proyecto desde el primer momento.