Recuperamos el esplendor de uno de los monasterios más antiguos de Granada

Obras de restauración en Santa Isabel la Real

Decía Norman Foster que la arquitectura no es tanto un arte consistente en construir edificios como una expresión de valores. En Fundación Montemadrid siempre hemos trabajado por el que creemos es un valor fundamental de la cultura y de nuestra actividad en este ámbito: la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico de todos. Por eso, colaboramos con la Comunidad de Hermanas Clarisas de Santa Isabel la Real para restaurar uno de los monasterios más antiguos de Granada.

Santa Isabel la Real fue fundado por la reina Isabel la Católica en 1504, tras la conquista de Granada, y continúa habitado todavía hoy por las monjas franciscanas clarisas que lo fundaron. Situado en el Albaicín granadino, declarado Patrimonio de la Humanidad, es una de las grandes obras erigidas por los Reyes Católicos en la ciudad. El necesario trabajo de recuperación del conjunto monumental consistía en concretar un plan de actuación y recuperación del magnífico presbiterio de la iglesia del Monasterio, el espacio del compás de entrada, la portería de acceso al convento, la Puerta Reglar y la llamada sala «El Granero» ubicada en el claustro.

Entre otros hallazgos, el proceso de restauración ha supuesto el redescubrimiento, de gran interés tanto desde el punto de vista histórico como artístico, de las pinturas subyacentes de la Puerta Reglar, sacando a  la luz el escudo de Felipe V, inicialmente atribuido a los Reyes Católicos, y los símbolos e iniciales de los Reyes Isabel y Fernando. Este largo y complejo proceso de restauración devolvió el color y la grandeza que tuvo antaño el acceso principal del Monasterio.

Los trabajos de rehabilitación han permitido también estudiar y desentrañar cómo está construido el artesonado del presbiterio de la iglesia, obra única de maestro anónimo, proceso que ha hecho posible describirlo a través de una didáctica maqueta a escala, realizada por el especialista Enrique Nuere, que será visible al público que visite el Monasterio.

Otra de las recompensas  que nos deparaba la intervención ha sido la recuperación de la que pudo ser la Sala Capitular del conjunto: la sala «El Granero», que esconde entre sus paredes una historia realmente curiosa sobre los usos de los espacios a lo largo del tiempo. La Sala Capitular se dispuso como tal en 1600, cuando el número de monjas profesas de Santa Isabel la Real oscilaba entre 80 y 90, y era necesaria una de grandes dimensiones. Sin embargo, durante el siglo XVIII el monasterio fue contando cada día con menos monjas y aquella sala resultaba cada vez más grande. Por eso, entrados ya en el siglo XIX, se empezó a utilizar sucesivamente como granero, almacén, ropero y hasta se instaló allí parte del noviciado federal. Hoy trabajamos en la preparación de este espacio como futura Sala de Fábrica del Monasterio. Una estancia que está previsto que cuente, a través de diversos recursos museográficos, el devenir histórico del Monasterio y su conservación, con el fin de hacerlo más accesible a los visitantes.

Restauración de la sala «El Granero»

Este tipo de intervenciones arquitectónicas destinadas a la recuperación y conservación de patrimonio histórico son posibles gracias, en gran medida, a los beneficios logrados a través de los Montes de Piedad de Fundación Montemadrid. De hecho, hace escasos meses, incorporamos a nuestra actividad los 276 años de experiencia del Monte de Piedad de Granada, que se suma a los ya repartidos en diferentes localidades del territorio español.

Ahora, gracias al montepío, las paredes y habitaciones de Santa Isabel la Real contarán su propia historia, la de uno de los monasterios más antiguos de Granada. Un trabajo que dará una nueva vida a un edificio histórico tan importante como imponente, respetuoso con el legado de sus habitantes y abierto al futuro.