El nuevo Museo de San Isidoro de León abre sus puertas tras un proceso de rehabilitación integral dirigido por la Fundación Montemadrid, en colaboración con el Cabildo de la Real Colegiata de San Isidoro. Este proyecto, enmarcado en la línea de apoyo a la restauración y conservación del patrimonio de la Fundación Montemadrid, pone en valor la importancia histórica y artística del conjunto monumental de la Real Colegiata de San Isidoro de León, ejemplo emblemático del románico europeo, así como los tesoros que reúne su colección, entre los que destacan las pinturas murales de su Panteón Real. Como resultado de los trabajos realizados, se han triplicado las dimensiones del recinto expositivo, se ha conseguido una plena accesibilidad, y se ha mejorado significativamente la experiencia del visitante, al dotar de un discurso expositivo a la colección y mostrar piezas nunca antes expuestas al público.
Un itinerario ampliado que recorre el conjunto monumental de la Colegiata
La reforma, bajo la dirección del arquitecto Premio Nacional de Restauración Juan Pablo Rodríguez Frade, ha permitido la clarificación de los usos del conjunto monumental y la ampliación del museo de 1,200 m² a 3,200 m², ofreciendo un nuevo itinerario para sus visitantes. El Museo de San Isidoro presenta ahora un recorrido completo por el conjunto monumental que, además de la visita del Panteón Real y la Cámara de doña Sancha, ha abierto otros nuevos espacios, como la escalera renacentista del “quarto” prioral, el adarve de la muralla y las galerías del claustro procesional, y ha incluido en el itinerario otros hallazgos arqueológicos descubiertos durante las obras de rehabilitación, como los restos de talleres de fundición de campanas medievales.
Un nuevo proyecto museográfico que pone en valor la colección
Los contenidos museográficos, diseñados por el catedrático emérito de Historia del Arte Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Isidro Bango Torviso, se centran en la historia de la Colegiata y en la de las mentalidades que la han ido moldeando a lo largo de los siglos, con especial énfasis en la Edad Media, su etapa de máximo esplendor.
Además de en el conjunto monumental y en las pinturas del Panteón Real, el protagonismo del nuevo museo, del que Raquel Jaén seguirá al frente como directora, recae también en su colección, que concentra uno de los tesoros medievales más importantes de Europa y que incluye una gran variedad de elementos: pinturas murales, elementos litúrgicos, tejidos, esculturas, documentos históricos y otros objetos de gran valor patrimonial. Entre sus casi quinientas piezas, se presentan al público por primera vez algunas de ellas, como el pendón real de San Isidoro o pendón de Baeza o el ajuar funerario de la infanta doña María, que data del siglo XIII.
Asimismo, en la colección del Museo de San Isidoro destacan las pinturas murales de la Cámara de doña Sancha que permanecían enrolladas; el cáliz de doña Urraca; las arcas de Limoges y de los Marfiles; la caja de asta de reno, único testimonio de arte vikingo en España; y otros elementos como el gallo de San Isidoro, la veleta original de la torre, de origen persa sasánida; la campana Laurentina, una de las más antiguas de Europa, o la cruz procesional de Juan de Arfe. Otra parte fundamental de la colección la conforma su patrimonio documental, compuesto de manuscritos, códices, incunables o libros raros. Destacan la Biblia Mozárabe del año 960, una de las cinco Biblias de este período que se conservan completas en el mundo, y la de 1162 realizada en el scriptorium del propio monasterio.
Última fase: culminación de un proyecto integral
Esta última fase del proyecto integral de rehabilitación culmina con la apertura del nuevo Museo de San Isidoro son fruto del convenio entre la Fundación Montemadrid y el Cabildo de la Real Colegiata de San Isidoro, con una dotación total de 3.000.000 euros, de los cuales la Fundación ha aportado 2.000.000 y 1.000.000 el Cabildo. Los nuevos espacios rehabilitados se suman a las obras de restauración realizadas por la Junta de Castilla y León en estrecha coordinación técnica y colaboración institucional con el Cabildo y la Fundación Montemadrid y que tuvo como resultado la restauración de las pinturas de la Cámara de doña Sancha, el claustro y las pinturas murales del Panteón Real. Todo el proyecto se ha desarrollado con el máximo respeto por la historia y la arquitectura del edificio y por sus colecciones artísticas, cumpliendo con las normativas de accesibilidad, evacuación y seguridad.