Inéditos 2018: presente, pasado y futuro del arte.

Un año más —y van 17— arranca Inéditos, la convocatoria de Fundación Montemadrid para jóvenes comisarios menores de 35 años que mostrarán sus propuestas expositivas a partir de este viernes, 8 de junio, y hasta el 16 de septiembre en La Casa Encendida.

Un claro punto de conexión en los tres proyectos seleccionados para esta edición tiene lugar en la idea de memoria, entendida como el análisis de la Historia (y las intrahistorias que la componen) y planteada como un vehículo multidireccional que nos permite entender el presente, canalizar el pasado, y presuponer el futuro. De esta manera, vemos cómo se cuestiona la documentación del presente en Can’t Speak for Itself; cómo se hace necesaria la reivindicación histórica de los cuerpos como agentes transgresores del relato oficial en Cuerpo presente. Censura y performatividad; o cómo la visión de un futuro distópico puede sobrevenir a través del discurso político en Regreso al futuro.

Ali A. Maderuelo y Julia Castelló, Lorena Saura Cuenca y Rafael Barber Cortell han sido los comisarios ganadores de esta nueva convocatoria. Con ellos hablamos para que nos cuenten, en primera persona, cuáles son las claves para abordar sus proyectos.

 

Can’t Speak for Itself.  Comisarios: Ali A. Maderuelo (Valencia, 1993) y Julia Castelló (Barcelona, 1992).

“Creemos en la necesidad cotidiana de cuestionar los discursos y las verdades oficiales a través del valor de la representación, algo imprescindible ante el bombardeo de estímulos de todas las categorías imaginables al que nos vemos expuestos en nuestro día a día”, nos explican los jóvenes comisarios. “Can’t Speak for Itself explora los límites de la idea de documental más allá de su relación con la imagen en un momento en el que cada vez tenemos menos fe en la representación”.

La conversación entre el teórico Thomas Keenan y el artista Hito Steyerl, en la que un documento/evento no debe entenderse no solo desde el “qué” y el “cuándo”, sino también desde el “cómo”, es el punto en el que se activa la pregunta de la que parte la idea de la muestra. Ambos tratan, desde la imagen, una serie de cuestiones que, entendidas de una manera expandida y extrapoladas a otros medios, articulan parte del discurso teórico que se esconde tras Can’t Speak for Itself.

De ahí que hayan contado con artistas que trabajan el arte documental desde diferentes ámbitos: sonido, performance, danza, cante, tejido o archivos digitales, como el proyecto de Mario Santamaría, que investiga los mensajes que envía Google Earth al realizar una búsqueda de geolocalización de fosas franquistas que todavía no han sido exhumadas, trazando así lazos de la memoria de una forma distinta a través de algoritmos.

La exposición también cuenta con la participación de Niño de Elche. El artista mostrará lo que él llama su “archivo liberado”, una serie de registros con materiales “extemporáneos y disidentes” que le sirven de referencia e inspiración para la creación de su música desde ámbitos diversos: cine, fotografía, pintura, poesía, relatos, vídeo, performance o recuerdos. Con esta acción se propone superar la ya aburrida barrera de los géneros en la creación contemporánea a la vez que se cuestiona el valor del relato, tanto visual como sonoro.

 

Cuerpo presente. Censura y performatividad. Comisaria: Lorena Saura Cuenca (Madrid 1989).

El cuerpo, la apropiación de los espacios físicos como discurso político, la transición en España o la identidad sexual subversiva son los ejes sobre los que trata esta exposición.

“Me gustaría que los visitantes que acudan a verla reflexionen, descubran y se sorprendan con todas las posibilidades que ofrece el cuerpo como agente transformador y como catalizador de discursos”, nos confiesa Lorena Saura Cuenca, comisaria de la muestra.

La exposición gira en torno a tres conceptos:

– Corporalidad, mediante la cual se exponen diferentes trabajos que la utilizan como agente principal para la recuperación de espacios públicos con cuerpos que se convierten en agentes políticos, la apropiación de espacios simbólicos, la reflexión en torno a identidades sexuales más allá de lo masculino/femenino o el hombre/mujer, o la memoria histórica.

– Resistencia: frente a las representaciones y los roles hegemónicos, frente al sistema del arte del momento, la idea del artista-genio y los valores comerciales de la obra.

– Arte de acción: happenings, performance o foto acción. La mayoría de las piezas tienen en común que se trata de un arte procesual en las que no importa tanto el resultado, sino el propio proceso creativo.

 

A través de la exposición nos adentramos en los universos de reconocidos artistas españoles que han desarrollado un leguaje propio a través del cuerpo y su forma, el gesto y la acción, como Juan Hidalgo, Esther Ferrer, el dúo de pintores Costus, Nazario o Pepe Espaliú, entre otros grandes nombres.

 

Regreso al futuro. Comisario: Rafael Barber Cortell (Valencia, 1985)

En 1986 Ronald Reagan pronunciaba el discurso sobre el estado de la Unión. Al llegar al final, sorprendió a la audiencia citando la última frase de la película más taquillera del ese año Regreso al futuro, para decir “¿Carreteras?, donde vamos no necesitamos carreteras”.

La exposición parte de esta anécdota para pensar en cómo el concepto “futuro” fue capitalizado al servicio de un programa político de construcción de significado como es liberalismo capitalista, trazando un relato a través de obras de que arte que investigan mecanismos de construcción de significado y su utilización por parte del sistema.

El paralelismo y el juego de coincidencias enlaza con otra película, El futuro de Luis López Carrasco, que comienza con el discurso que Felipe González pronunció al ganar sus primeras elecciones (tres años antes del discurso de Reagan) en el que la idea de futuro se utiliza de una manera sospechosamente similar.

El viaje al pasado de Marty Mcfly de “Regreso al futuro” es también una buena metáfora de estos usos del tiempo e invita a plantearnos cual sería nuestro papel dentro de este megarelato y como el mismo nos representa e incluso respondiendo también al momento actual de crisis, en el que una forma de entender el mundo parece tocar a su fin.