La inquietud artística y la creación multidisciplinar pueden desembocar en proyectos que hacen replantearse el estilo artístico de un momento, lugar o una generación. Nuestra protagonista del mes es María Buey, arquitecta, comisaria, cofundadora de la agencia Bwelke y de la plataforma editorial PAPER Architectural Histamine, seleccionada en la convocatoria Inéditos 2015 de Fundación Montemadrid y colaboradora de La Casa Encendida en varios proyectos. Hablamos con ella sobre su trabajo, la experiencia de formar parte de esta convocatoria para jóvenes comisaros, la escena artística madrileña y mucho más.
Fuiste una de las comisarias seleccionadas en la convocatoria Inéditos 2015 con la exposición Appunti junto a Javier Arbizu, Jorge González Sánchez, Elena Peña Castillo y Diego Rambova. ¿Qué supuso para tu trayectoria profesional formar parte de ello?
Fue sin duda un momento importante que me permitió conocer todas las capas que componen un proyecto de estas características, así como el funcionamiento de los distintos agentes y grupos involucrados. Nos permitió relacionarnos con ellos directamente teniendo el apoyo de un equipo que nos ayudaría a resolver las complicaciones que fueron surgiendo, que las hubo.
Inéditos se convoca desde el año 2002 y responde al objetivo de impulso profesional a comisarios noveles, consolidándose como uno de los programas de referencia en el apoyo y difusión del arte joven. ¿Qué crees que aportan este tipo de convocatorias y el trabajo de organizaciones como Fundación Montemadrid al panorama artístico y cultural?
Considero que estas convocatorias son de gran importancia porque dan la posibilidad a agentes sin trayectoria de encontrar las oportunidades —espacio, asesoría, recursos económicos, etc.— para plantear sus primeros proyectos. Por otra parte, siento que es aún mayor la importancia de su labor atendiendo a la escena general, ya que son responsables en gran medida de dar espacio a nuevos perfiles, enfoques y nuevas formas de hacer que proponen las nuevas generaciones, que todavía no están presentes en otros circuitos como el mercado o lo institucional más establecido, por ser apuestas más arriesgadas sin aval de la recepción que van a tener.
Junto a Lorenzo García-Andrade y Juanito Jones has fundado la agencia creativa y multidisciplinar Bwelke. ¿Qué tipo de proyectos desarrolláis?
Venimos desde la arquitectura, pero estamos fuertemente interesados por el valor de la experiencia y del diseño de encuentros y espacios más allá de los contenedores o escenarios, es decir, nos interesa mucho lo que va a suceder en ellos y entender cómo estos afectan la experiencia. Trabajamos en relación muy cercana con la música y otras estrategias del arte, el diseño y la arquitectura para desarrollar proyectos que se conciben como forma total. También hemos trabajado como consultores para marcas u otras agencias, al mismo tiempo que llevamos a cabo proyectos propios como la inauguración de Veranos de la Villa, donde diseñamos desde los elementos escenográficos a lo que tenía que suceder, el comisariado de los activadores o el proyecto Donde Oscarito, que desarrollamos gracias a las Ayudas Injuve, una investigación sobre las barberías en Cuba y su poder como condensadores sociales que permiten aprender sobre todas las capas que estructuran el país, desde la política, a la social, económica, cultural y hasta religiosa.
También creaste con otros compañeros del campo de la arquitectura, edición y el diseño, la plataforma editorial PAPER Architectural Histamine. ¿En qué se diferencia de otras editoriales?
Por una parte, una de las razones por las que PAPER Architectural Histamine nació: como respuesta a una falta de espacios para el pensamiento en formatos alternativos o no establecidos. Por otra, el perfil de los contribuyentes. A pesar de estar concebida desde un punto de partida que miraba desde la arquitectura, buscaba poner en relación otras disciplinas a través de temas comunes de reflexión. El objetivo era poner en relación ideas, unas dadas forma desde entornos más académicos y otras provenientes de planteamientos alternativos con un carácter más especulativo, que de otra manera no habrían encontrado un lugar común de reflexión.
En los últimos años has trabajado junto a La Casa Encendida en proyectos como el Festival Gelatina o en Libros Amigos. ¿Qué crees que aporta al público ofrecer distintas perspectivas artísticas?
Desde mi punto de vista, la interdisciplinaridad es uno de los valores más importantes, así como la capacidad de proponer desde distintos formatos o campos de pensamiento y creación. Los conocimientos o habilidades entrenados desde un modo de hacer y mirar la realidad desde distintas perspectivas pueden enriquecer de una forma muy poderosa otros campos de pensamiento.
¿Hacia dónde se está dirigiendo la escena artística madrileña?
Por un parte, tengo la sensación de que Madrid está en un momento muy estimulante. Se ha hablado ya mucho sobre esta idea, pero estoy de acuerdo con que la situación compleja que atravesamos a nivel económico ha desencadenado otros modelos de creación y pensamiento que de otra manera no habrían tenido lugar. Al mismo tiempo, esta escasez de recursos hizo que en un momento concreto se produjese un giro hacia la academia (sin recursos para producir, estudiamos, investigamos, planteamos desde la teoría) que pudo tener que ver en que en una segunda etapa nos hayamos encontrado con una parte importante de producción fuertemente intelectualizada y de alguna manera distante. Siento que ahora comienza a superarse esta precaución, para encontrarnos con una escena más despreocupada, en el mejor sentido de atreverse a hacer, de arriesgar, de meterse en el barro, de producir desde lo más elemental, de desprenderse de tantas capas de conceptualización, de apelar a lo sensorial, a lo más primitivo.