Con motivo de la inauguración la exposición de Inéditos 2020, hemos conversado con las comisarias ganadoras sobre sus proyectos, sus intereses y también sobre sus planes de futuro.
Inéditos 2020 se ha consolidado como uno de los programas de referencia en el apoyo y difusión del arte joven en España y en Europa. El principal objetivo de esta convocatoria es impulsar profesionalmente a comisarios noveles, parte del afán de Fundación Montemadrid por fomentar la cultura desde la base de la creación, que también se plasma en convocatorias para creadores y en el trabajo diario de La Casa Encendida.
La Casa Encendida de Fundación Montemadrid acoge la muestra de esta XIX edición de Inéditos, que reúne los proyectos expositivos de dos jóvenes comisarias. Se trata de Cosas que nunca sucedieron aunque existen desde siempre, comisariada por Raquel G. Ibáñez (Madrid, 1989), y La Cosa del Pantano: crítica(s) y poética(s) desde la aberración, de Núria Montclús (Barcelona, 1985).
El sueño de Raquel G. Ibáñez
Para algunas comunidades aborígenes el sueño es la vía exclusiva de acceso al inconsciente, y de construcción de experiencia «real». Sin embargo, su cultura es muy distinta de la occidental. ¿Cuál es el enfoque cultural de tu propuesta, teniendo en cuenta que en ella participan artistas de varias nacionalidades, desde la española a la coreana?
La experiencia onírica es algo universal, un fenómeno que acontece independientemente del contexto geográfico que habitemos. La exposición no está orientada a la exploración del sueño desde una óptica antropológica/ historicista per se, aunque sí que cuenta con diferentes aproximaciones al fenómeno onírico que están influidas por los contextos políticos y sociales del artista o el objeto de investigación. Personalmente no tenía un especial interés en que la exposición tuviera una presencia predominante de artistas internacionales, por ello hay una fuerte representación de creadores locales o estatales: una mirada desde dentro hacia fuera.
El tema abordado, en el que exploras el concepto de sueño y consciencia, ha sido objeto de estudio de filósofos desde Heráclito a Nietzsche. ¿Cómo se articula un concepto «abstracto», que tiene que ver con los estados efímeros del ser o la pérdida de consciencia de forma artística? Es decir, ¿qué tienen en común, en cuanto a formato, las obras que se presentan en tu proyecto de comisariado?
Aunque todos los proyectos tienen hilos de investigación y discursivos que se cruzan entre sí, la formalización y los procesos de las obras de la exposición son completamente heterogéneas. Creo que hubiera sido un error que solo se hubieran presentado piezas formalmente similares, bajo una apariencia de cierta coherencia estética. De algún modo, la pluralidad de lenguajes plásticos en la sala subraya la complejidad de trasladar y traducir el fenómeno onírico, donde el material de trabajo es, principalmente, la subjetividad. A priori, las propuestas son visualmente dispares entre ellas, aunque hay patrones que aparecen y se relacionan entre sí, como si el misterio que atraviesa el sueño los conectase. Por ejemplo, el juego entre luz y sombra es algo que está muy presente en las piezas de Leonor Serrano Rivas, Jorge Anguita Mirón y Cristina Mejías.
Eres licenciada en Bellas Artes y has expuesto tu obra regularmente, además de ganar distintas convocatorias de jóvenes creadores como la de Injuve a la Creación Joven 2017. ¿Qué diferencia tu trabajo como creadora de tu trabajo como comisaria? ¿Vas a continuar tu trabajo en ambas facetas o te inclinas más por solo una?
La verdad es que esa dualidad puede resultar conflictiva en un contexto laboral. No obstante, siempre he sentido que mis intereses se mueven a través de proyectos artísticos y otras veces, como este, dando el salto a la curaduría. La diferencia más clara entre mi trabajo como artista y mi labor como comisaria en Inéditos 2020 reside en el diálogo y trabajo con todos los artistas y agentes implicados en la exposición, que me ha permitido ser cómplice de la evolución de los procesos de gran parte de las obras. También creo que la práctica del comisariado es un proceso de aprendizaje cruzado, en el que hay que asumir que el rol del comisario va cambiando, pues parte de ese trabajo es negociar y equilibrar los intereses entre artistas, institución y uno mismo.
Núria Montclús: Ética y estética medioambiental
La primera pregunta que nos viene tras observar tu proyecto es la siguiente: ¿Crees que el arte puede ayudar a desarrollar una ética medioambiental? ¿De qué forma?
Creo que el arte puede contribuir al desarrollo de una conciencia crítica sobre la problemática medioambiental. No estoy segura de que podamos hablar del desarrollo de una ética desde el arte, sino de un cuestionamiento (o cuestionamientos, en plural) sobre la realidad medioambiental actual. Las formas en que el arte contribuye a este cuestionamiento son muy diversas, como puede verse en la exposición. Todas las obras reunidas en Inéditos 2020 comparten el hecho de constituir miradas poco habituales, sutiles y agitadoras sobre las cuestiones ecológicas. En cualquier caso, creo que la construcción de una ética sobre este tema debe salir de nosotros, como individuos y como sociedad.
En Inéditos 2020 podemos ver la obra de artistas que han centrado su discurso en temas como la salud alimentaria (Luna Bengochea) o la sensibilización hacia las problemáticas actuales entre humanidad, tecnología y naturaleza (en el trabajo de Bárbara Fluxá o Joana Moll). ¿Cómo puede entender el espectador que tras la belleza visible de estas obras lo que se pretende en realidad es concienciarnos del trasfondo de destrucción de los entornos naturales?
Es importante que los espectadores miren atentamente las obras. Solo con una breve mirada, encontrarán que hay algo que no encaja (los textos de las acuarelas de Maria Thereza Alves; las fosfoluminiscencias de Benogechea; los ciber-árboles de Moll; los monstruos transparentes que emergen de la superfície de cristal de Fluxà…). Debemos tirar del hilo para llegar al verdadero quid de la cuestión.
Utilizas como metáfora conceptual la figura de La Cosa del Pantano, un personaje de cómic, para articular un eje discursivo. Pensando en el futuro, ¿crees que es posible acercarnos a una realidad híbrida? Por ejemplo, ya sabemos que con la comida ingerimos microplásticos que a su vez estaban presentes en el medio donde vivían esos animales. ¿Somos ya «la cosa del pantano»?
Creo que podemos decir que ya nos encontramos en una realidad híbrida: cada una de las piezas seleccionadas nos muestra una naturaleza aberrada en la que se mezcla lo natural y lo artificial. Lo que debemos preguntarnos es si, ante la inevitabilidad de esta hibridación, habría manera de que esta fuera una relación simbiótica en vez de parasitaria. ¿Sería posible crear una naturaleza artificial que fuera beneficiosa no solo para el ser humano sino también para el medio ambiente? Esta sería la verdadera utopía.
El sistema capitalista arrasa ecosistemas y agota los recursos naturales para la supervivencia del Planeta. Paradójicamente, también fomenta una revolución tecnocientífica que aporta soluciones a estos problemas. ¿De qué forma las obras seleccionadas en la exposición muestran esta paradoja?
El personaje de La Cosa del Pantano nace precisamente de esta paradoja: mientras intenta encontrar una fórmula para alterar la naturaleza y conseguir acabar con el hambre en el mundo, un ser de buen corazón se convierte en algo monstruoso. Hay problemáticas ecológicas actuales nacidas de los excesos y consecuencias indirectas de la buena voluntad. Es por ello que debemos plantearnos cómo hacer que la buena voluntad no sea solo para el beneficio humano sino también para el medio ambiente; es decir, hacer que la relación humanidad-naturaleza sea simbiótica. Por lo que refiere a las revoluciones de la tecnociencia, creo que aún queda mucho camino por recorrer para poder compensar los estragos causados en el Planeta. También queda por ver si la tecnociencia quiere y puede hacerlo, o bien se trata únicamente de técnicas de greenwashing. El tiempo nos dirá.
Dejar de ser Inédito. Planes de futuro
¿Por qué decidisteis presentaros a Inéditos 2020 y cómo ha sido llevar a cabo el proyecto en una sede como La Casa Encendida?
Núria: Ya hace unos cuantos años que trabajo en el mundo del arte pero siempre había querido pensar un proyecto que tuviera cierta trascendencia en la sociedad y pensé que podía ser muy interesante presentarme a Inéditos y probar suerte.
Raquel: Realmente nunca estuvo en mis planes presentarme a la convocatoria, más que nada por sentir que no estaría a la altura. Mi aplicación surge de algo completamente anecdótico: soñé que me presentaba con un proyecto sobre el acto de soñar. No se trata tampoco de una epifanía, ya que los temas tratados en la exposición son líneas de investigación y fenómenos que siempre me han interesado. De algún modo, fui incapaz de desatender aquel mensaje onírico y me puse a trabajar y a elaborar una propuesta.
¿Cómo creéis que haber ganado esta convocatoria de Fundación Montemadrid va a dar un impulso a vuestra trayectoria?
Núria: Este proyecto ha hecho que me pueda acercar a muchos artistas contemporáneos que están en activo y establecer vínculos y relaciones interesantes para trabajar en ideas de forma conjunta y en proyectos para el futuro.
Raquel: No lo sé. Aunque soy consciente que es una convocatoria que da bastante visibilidad a los ganadores y a las artistas participantes, intento huir de la dualidad éxito / fracaso porque me genera mucho malestar. Creo que todas las convocatorias que se circunscriben bajo el paraguas de «lo emergente» son, o deberían ser, espacios de aprendizaje y experimentación. En mi caso, lo veo como un inicio a un proceso que no se acaba, sino que se extenderá y se explorará, aunque no sé bajo qué condiciones.
¿Por qué animaríais a otros jóvenes comisarios a presentarse a Inéditos?
Núria: Inéditos es una convocatoria muy potente y de las pocas que contribuyen y ayudan a la difusión del trabajo de jóvenes comisarios. Creo que es una experiencia muy constructiva para conocer a otra gente y otros procesos de trabajo. Además, merece la pena exponer en un centro cultural como La Casa Encendida. Una experiencia 100% recomendable.
Raquel: Animo a todas las personas interesadas en realizar algún proyecto curatorial (comisarias, artistas, activistas, bibliotecarias, etc.) a que se presenten y que sea mediante proyectos que impliquen un proceso de aprendizaje y/o experimentación. Es un desafío enorme y a la vez una oportunidad para aterrizar y testear todas aquellas ideas que han articulado en el anteproyecto seleccionado. Que aprovechen la posibilidad de exponer en un espacio como La Casa Encendida y de trabajar con su equipo. Suena a cliché, pero toda exposición es un proceso colectivo y, en este caso, además, ha sido una experiencia muy enriquecedora.
Sobre Inéditos 2020
Inéditos se convoca anualmente desde el año 2002. Con la edición de Inéditos 2020 respondemos una vez más al objetivo de impulso profesional a comisarios noveles, consolidándose como uno de los programas de referencia en el apoyo y difusión del arte joven.
Por Inéditos han pasado artistas, investigadores, docentes, gestores, productores culturales y comisarios independientes, que hoy en día cuentan con una gran proyección a nivel nacional e internacional.
Información práctica
Inéditos 2020. Del 08 de octubre al 10 de enero de 2021
La Casa Encendida
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