
Nos encontramos en el Año de la Diversidad Biológica, proclamado por Naciones Unidas para concienciar tanto a las administraciones como a los ciudadanos de la importancia de conservar el entorno que nos rodea. La flora y la fauna son piezas clave en la naturaleza; en cada ecosistema, todos y cada uno de sus elementos, florales u animales, cumplen una función y si alguno desapareciese se rompería el equilibrio con sus correspondientes consecuencias negativas. Pues bien, las tasas de pérdida de la biodiversidad en el planeta son alarmantes: ya hay más de 47.000 especies amenazadas, de las cuales 17.291 están en peligro de extinción.
Y es que la supervivencia de muchos animales es cada vez más preocupante, debido a la pérdida de su hábitat, la caza y otros desafíos relacionados con el cambio climático -factores en los que, de alguna manera, está siempre presente la mano del hombre-. WWF/Adena publica cada año una lista con las especies más representativas que pueden desaparecer si no se toman medidas o no se cumplen las que ya están establecidas. ¿Quieres saber cuáles son? Continúa leyendo.
Comenzamos con una especie que sólo habita en la Península Ibérica, nuestro lince, el ibérico, el felino más amenazado del planeta. Sólo hay doscientos ejemplares en todo el mundo, localizados entre Sierra Morena y Doñana. La fragmentación de su hábitat, la pérdida de alimento y la mortalidad directa relacionada con el hombre (venenos, disparos, atropellos) son sus amenazas más importantes.
Y del ibérico al gran felino de Asia: el tigre. Puede haber tan solo 3.200 ejemplares en su hábitat natural. En la actualidad, ocupan menos del 7% del territorio original, el cual ha disminuido un 40% en los últimos diez años. Los culpables de su situación son la acelerada deforestación y la caza desmedida (algunas partes del animal son utilizadas en la medicina tradicional china y sus pieles son altamente cotizadas en el mercado mundial), así como el aumento del nivel del mar (que inunda su espacio) pueden conllevar su extinción, como ya sucedió con el tigre de Java y de Bali.
Viajamos al Ártico y nos encontramos con que el oso polar que en él habita se ha convertido en el icono de las víctimas afectadas por la pérdida de hábitat debido al cambio climático. Clasificado como ‘especie en peligro’, este animal podría desaparecer en el próximo siglo si continúa la tendencia actual de calentamiento. En esta misma situación se encuentra la morsa del Pacífico, habitante del mar de Chuckchi y del de Bering (ambos en el Ártico), que depende de las capas de hielo flotante para descansar, dar a luz, amamantar y proteger a sus crías de los depredadores.
Cambiamos de hemisferio y nos vamos al sur de América en donde reside el Pingüino de Magallanes. La especie vivía anteriormente amenazada por derrames de petróleo y ahora se enfrenta a la pérdida de su alimento: los peces. Éstos últimos se alejan de su hábitat al ser desplazados por corrientes oceánicas cálidas y obligan a los pingüinos a alejarse de su territorio para encontrar el sustento. De tal manera que el año pasado cientos de pingüinos de Magallanes llegaron a playas de Río de Janeiro, muchos de ellos muertos o moribundos. Es más, actualmente 12 de las 17 especies que hay de pingüinos están experimentando una rápida disminución en sus poblaciones.
En el mar también vive otro impresionante animal: la tortuga laúd. Es la marina más grande y uno de los reptiles que ha sobrevivido durante cientos de millones de años, pero ahora desgraciadamente se encuentra en grave peligro de extinción, sobre todo la que vive en el Pacífico, donde se calcula que sólo quedan 2.300 hembras. En el Atlántico, tiene una población más estable, pero los científicos predicen su rápido declive debido al gran número de las que mueren al ser capturadas accidentalmente por embarcaciones de pesca. También se ven afectadas por el incremento de las temperaturas.
DEL ATÚN AL PANDA
Mas conocido es el atún rojo, una especie sobreexplotada. Este pez migratorio se localiza en el este y oeste del Atlántico y en el Mediterráneo. El hecho ser el principal ingrediente de un sushi de primera calidad ha llevado a la especie al borde del colapso. La prohibición temporal de su comercio a nivel internacional podría permitir su recuperación. Por ello, WWF/Adena pide a restaurantes, chefs, comerciantes y consumidores que dejen de ofrecer, comprar, vender y consumir atún rojo hasta que demuestre signos de recuperación.
‘Gorilas en la niebla’. Ya lo advirtió la naturalista estadounidense Dian Fossey, que se dejó la vida en la protección del gorila de montaña, tal y como vimos en el filme del citado nombre protagonizado por Sigorney Weaver. Y es que sólo quedan 720 individuos en su hábitat natural por lo que está peligro crítico de extinción. Más de 200 gorilas de montaña viven en el Parque Nacional Virunga, localizado en el este de la República Democrática del Congo, en la frontera con Ruanda y Uganda. Conflictos de guerra en áreas cercanas al parque han aumentado su caza y pérdida de territorio. Si bien, gracias a los esfuerzos de conservación durante los últimos 12 años en Virunga, la población de gorilas ha aumentado un 14%, así como un 12% en el Bwindi, en Uganda, considerado su segundo hogar.
Pero el mamífero más grande en peligro crítico de extinción vive en Java. Se trata de un rinoceronte autóctono de la citada isla indonesia, del que sólo quedan 60 ejemplares. La población de estos animales ha disminuido por la conversión de su hábitat de bosque a campos de cultivo y, al igual que el tigre, es muy cotizado por su uso en la en la medicina tradicional china.
Y de los mamíferos a los lepidópteros (término que proviene del griego ‘Lepis’, escama; y ‘pteron’, ala; y agrupa a mariposas y polillas), concretamente hablamos de la mariposa monarca. Cada año millones de ellas emigran de Canadá y el Norte de los Estados Unidos para pasar el invierno en los bosques mexicanos. La conservación y protección efectiva del bosque de oyamel y pino de altitud en México es esencial para la supervivencia de los lugares de hibernación de estas delicadas mariposas, lo que se ha reconocido como un fenómeno biológico en peligro de extinción. La protección de sus hábitats reproductivos en los Estados Unidos y Canadá es igualmente crucial para salvar la migración de esta especie.
Por último, en esta lista también se incluye el que ha sido el símbolo internacional de conservación de WWF desde su fundación en 1961, el querido panda gigante. Esta especie se enfrenta a un futuro incierto, con menos de 2.500 ejemplares. Su hábitat forestal en las montañas sudoccidentales de China se ha fragmentado, ocasionando su separación y detrimento poblacional.