¿Influirá la crisis en la llegada de los niños saharauis?

Foto: Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla
Foto: Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla

Pensaba el otro día que deben estar a punto de llegar los niños saharauis que todos los años son acogidos en España para pasar el verano lejos de las altísimas temperaturas y duras condiciones del desierto donde viven. Estos niños esperan todo su curso escolar con enorme ilusión sus merecidas vacaciones, lejos de los campamentos refugiados en los que sobreviven únicamente gracias a la ayuda internacional desde 1976 (conoce aquí toda la historia del por qué de esta situación).

Hemos hablado con Toni Guirao, Coordinador de «Vacaciones en paz» de CEAS-Sáhara, que lleva ya más de 30 años cumpliendo el sueño de estos cientos de niños de poder venir a España. Y le hemos llamado porque queríamos saber si este año, con la crisis económica, estos niños iban a poder venir.
Para empezar, te resumo rápidamente en qué consiste el programa. La web de la asociación nos lo explica:

«El programa de vacaciones en paz consiste básicamente en acoger a un niño o niña saharaui cuya edad oscila entre los 7 y 12 años, durante los dos meses que van desde finales de Junio a finales de Agosto. Se les trae en esas fechas porque el verano allí es muy caluroso y supera fácilmente los 50 grados; de esta manera, además de estar en un clima más suave, tienen la oportunidad de mejorar la precaria alimentación que reciben en los campamentos y cargar las ‘baterías’ para pasar el resto del año en el Sáhara. También son sometidos a revisiones médicas para tener controlado su estado de salud y solucionar cualquier problema que puedan tener (cosas que aquí son fáciles de tratar y allí, sin embargo, complicadas, por falta de materiales y recursos)».

Como vemos, estos niños vienen con unas necesidades básicas indispensables para seguir soportando las durísimas condiciones en las que viven. Y tengo una buena noticia. Parece ser que ni con la crisis la solidaridad española ha disminuido. Guirao me lo ha confirmado:

«Es cierto que han subido un poco este año los precios del viaje de los niños y hacia el mes de abril, hubo bastantes familias que tenían miedo de no poder afrontar los gastos. Pero al final todos estos padres han acogido a los niños. Después también las asociaciones han hecho muy buen trabajo porque han buscado familias alternativas y se han aplicado mucho evitando que muchos niños no pudieran venir».

El año pasado vinieron 8.500 niños, y este año vendrán unos 8.300 más o menos, pero la diferencia es por temas logísticos que por falta de solidaridad:

«Es un problema de capacidad de los aviones. El año pasado los aviones tenían capacidad para 250 personas y este año nos han puesto a disposición aviones con 160 plazas. Esta es la verdadera razón por la que vendrán menos niños. Y es que al final la capacidad de los aviones o de los aeropuertos africanos que acogen a estos niños varía cada año».

Así que según Guirao, la solidaridad a pesar de la crisis se ha mantenido en números absolutos pero en números cualitativos ha aumentado, porque realmente ha habido gente que teniendo una situacion económica peor no ha querido dejar de participar de este proyecto.