Son muchas las personas que asocian la discapacidad con no poder hacer cosas, el fracaso y la dependencia; que sienten compasión por los que tienen discapacidad y creen que deben ser muy infelices
Esta es una de las reflexiones que el sociólogo y catedrático británico Tom Shakespeare ha lanzado en el espacio radiofónico ‘A Point of View’ de BBC Radio 4, en una emisión llamada ‘Disability’, al abordar el tema de la discapacidad y la felicidad. Se trata de una afirmación realizada desde su propia discapacidad, ya que este profesor de la Universidad de East Anglia (Gran Bretaña) tiene acondroplasia.
Pero, por lo que parece, esta imagen social que se tienen de las personas con discapacidad no es del todo cierta ya que, tal y como afirma Shakespeare:
Son numerosas las encuestas que han revelado que las personas con discapacidad se muestran satisfechas con su calidad de vida y la consideran tan buena, o incluso mejor, que la de las personas sin discapacidad
En opinión de este autor de varias publicaciones sobre discapacidad, incluyendo el ‘Informe mundial sobre Discapacidad’ de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los resultados de estos estudios podrían deberse al hecho de que para las personas que han nacido con una discapacidad esa es “su situación normal”.
Los que son sordos o ciegos de nacimiento, nunca han experimentado la música, las artes visuales o un paisaje sublime. Alguien con una discapacidad intelectual posiblemente no se considere diferente a los demás. Yo tengo talla baja y para mí es lo normal, siempre he sido así. Aunque la vida sea a veces dura para nosotros, estamos acostumbrados a ser como somos
Sin embargo, el experto reconoce que esta percepción podría ser diferente cuando la discapacidad sobreviene a lo largo de la vida y es posible que después de que se produzca la discapacidad sea frecuente experimentar una profunda tristeza y depresión. Pero también es cierto que, pasado un tiempo, la gente se adapta a su discapacidad, e incluso algunos consiguen logros mayores que antes; un ejemplo de ello son los atletas paralímpicos.
Para Shakespeare, la adaptación consiste en algo tan sencillo como encontrar otras maneras de hacer las cosas:
Por ejemplo, una persona con paraplejia seguramente preferirá conducir para recorrer una distancia larga que hacerlo en su silla de ruedas, o empezará a valorar otras cosas como quedar con los amigos a cenar en lugar de salir con ellos de excursión
Según el profesor, esto nos enseña a todos una lección importante:
Que el ser humano puede adaptarse a casi cualquier situación y encontrar satisfacción y felicidad en las cosas pequeñas
Y aunque Tom Shakespeare mantiene que la discapacidad no es necesariamente una tragedia, matiza que no todas las discapacidades y dolencias son iguales, ya que algunas pueden conllevar mucho sufrimiento, lo que las hace menos compatibles con una buena calidad de vida. Y, a modo de reflexión final, nos deja esta frase:
A veces las dificultades de la vida tienen otros beneficios, como adquirir sentido de la perspectiva o valores reales. Los que necesitan vidas fáciles pueden perderse cosas. Si siempre recordamos eso, quizás aceptaremos mejor la discapacidad y tendremos menos prejuicios hacia ella