Tras estos años de emprendeduría social, se va recogiendo literatura sobre la manera de planificar y ejecutar proyectos cuyos objetivos están al servicio de la solidaridad. De hecho, existen grupos de expertos en la materia que, a raiz de estos años previos, diagnostican y previsualizan las tendencias que se van a seguir durante este año 2011. Éstas son las principales.
1. La creación de una Comunidad Internacional de Emprendedores Sociales
Gran parte del trabajo que han ido desarrollando los emprendedores sociales durante estas últimas décadas, ha tenido lugar a escala mundial, sin embargo es un hecho que no se ha generado demasiado eco entorno al asociacionismo o a las conversaciones fluidas entre las contrapartes sociales fuera del ámbito nacional.
De acuerdo con Kevin Jones, uno de los co-fundadores de la Social Capital Markets (SOCAP), cada año el componente internacional cobra un valor esencial y se hace más grande. Para ejemplificarlo, nos explica que cada vez hay una línea de actuación y una sinergia más fuerte entre las organizaciones estadounidenses y europeas. La tendencia va a ir a más.
2. Creatividad a la hora de buscar financiación
“Es importante buscar soluciones de financiación creativas” aclara Sasha Dichter de Acumen Fund. Algunas de las empresas más exitosas son aquellas que están utilizando una combinación mixta de financiación y que recurren al ingenio para hacerse con dichas fuentes de capital: inversiones de capital semilla, las subvenciones del gobierno, los fondos de origen empresarial, las donaciones…. Las organizaciones tienen la necesidad de buscar formas diferentes de capital para crear el mayor impacto social.
3. Cerrando la brecha entre fines de lucro y sin fines de lucro
Gran parte del debate que ha tenido lugar entre los emprendedores sociales, ha sido la dicotomía entre “profit vs nonprofit”. Kevin Jones dice que mientras que los dos campos todavía están aprendiendo a entenderse y encontrar la manera de relacionarse entre sí, el debate es irrelevante ya que cada vez más, se están construyendo líneas de cooperación entre los dos ámbitos. La tendencia no es si habrá más o menos fines de lucro, sino más bien, cuáles serán las maneras de colaboración entre ambos.
4. La democratización del Movimiento
La responsabilidad de crear el cambio social a gran escala, no depende solamente de los emprendedores sociales o únicamente de las entidades sin ánimo de lucro. Actualmente estamos viviendo un proceso de democratización en la que cualquier agente, sea una empresa, una ong o cualquier individuo, puede ayudar a cambiar cualquier parcela de la realidad. Ashoka opera desde el punto de vista de una comunidad ciudadana, donde las contribuciones e innovaciones que se implementen, son necesarias para la creación de un impacto social. Todos somos protagonistas del cambio.
5. Cambios en los espacios académicos y profesionales
Cada vez más, la filosofía de empresa social, se abre camino en el espacio académico ofreciendo, dentro de su programa formal (de grado o postgrado), temarios variados en donde se profundiza sobre la emprendeduría social. Las habilidades empresariales y de negocios que han protagonizado los currículos de los habituales programas docentes, ahora se complementan con otras muchas competencias que han ido modelizando la visión de la empresa del futuro.
Por otro lado, un emprendedor social no es sólo el que tiene una idea innovadora para hacer frente a un problema social, es aquel que también construye la infraestructura necesaria para implementar las soluciones (sea abogado, ingeniero o biólogo). Sin esa figura, el cambio social real, no podría realizarse.
6. Más que servicios, se ofrecen productos
Lara Galinsky, Vicepresidenta Senior de Echoing Green, ha observado que muchas de las ideas que nacen de la innovación social se han centrado en torno a productos de construcción que promover el cambio. Esta observación apunta a una tendencia creciente en las empresas sociales a crear productos, en lugar de los modelos basados en los servicios. Galinsky afirma que los empresarios van a desarrollar soluciones basadas en productos que sirven para aliviar los problemas sociales más amplios.