Nuevo informe de Médicos sin Fronteras sobre ayuda humanitaria

Un botiquínLa crisis afecta de especial manera a los países en vías de desarrollo. Así lo pone de manifiesto un informe elaborado por Médicos sin Fronteras y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria.

El texto, ‘La acción humanitaria en 2009-2010: en esas estábamos cuando tembló Haití’ pone de relevancia que los gobiernos donantes redujeron sus presupuestos destinados a la ayuda humanitaria en 2009.Entre 2008 y 2009, los presupuestos de ayuda humanitaria mundial se redujeron en un 11%, revirtiendo la tendencia al crecimiento de años anteriores: pasaron de 16.900 a 15.100 millones de dólares, debido a la retirada de los gobiernos donantes de fondos públicos, que los redujeron de 12.800 a 11.000 millones de dólares; se estima que las contribuciones de origen privado, por su parte, siguen en el mismo nivel que en 2008, 4.100 millones de dólares. Esta reducción no se justifica en una mejora del escenario de crisis humanitarias.

“Cualquier apunte cronológico del año dibuja una sucesión de catástrofes mal atendidas, permanencia de situaciones injustas, falta de respeto por la legalidad y los derechos, en definitiva un sistema claramente desigual que provoca malestar e inseguridad para una significativa mayoría de la población mundial, mientras los mecanismos de construcción de la paz, prevención de crisis y desarrollo dan muestras de parálisis”, recuerda Jesús Núñez, codirector del IECAH.

Pero en cuestión nacional, hay que descatar que, en 2009, la ayuda humanitaria española continuó consolidándose en el ámbito presupuestario a pesar de la crisis económica (si bien, este año los presupuestos descienden): creció un 15% respecto a 2008, alcanzando los 465 millones de euros, gestionados en su mayor parte por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, y de estos últimos, casi un 30% por la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID). Esta última ha modificado parcialmente la canalización de sus fondos, reduciendo los destinados a Naciones Unidas e incrementando los aportados a ONG e instituciones nacionales.