Pertenecer a la etnia gitana es, a veces, sinónimo de marginación y pobreza. Y esto no es sólo un mito, porque según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, de las 750.000 personas gitanas que hay en España, el 37,5 está en riesgo de exclusión social severa.
Para mejorar la situación de este colectivo y favorecer su inclusión dentro de la sociedad, el Gobierno ha aprobado un plan que abarca cuatro de las áreas fundamentales para conseguir estos objetivos: la educación, el empleo, la salud y la vivienda.
En cuanto a la educación se refiere, la Estrategia del Ejecutivo pretende incrementar el número de niños escolarizados, ya que, según datos del Ministerio, el 3,3 de los niños de etnia gitana en edad escolar no va al colegio, frente al 0,1 del resto de la población. También pretende mejorar los datos académicos y el aumento de jóvenes que terminen la ESO, pues actualmente, tan sólo el 1,6 por ciento de los adultos gitanos ha terminado la Educación Secundaria.
El empleo es otra vía fundamental en la que el Gobierno pretende trabajar para favorecer la inclusión social de las personas de etnia gitana, afectada por el paro en mayor medida y con empleos de mayor precariedad.
El tercer punto de la medida aprobada por el Gobierno para la integración de la población gitana es la vivienda, puesto que una parte importante de ella todavía vive en chabolas e infraviviendas. Por ello, el objetivo principal es la erradicación del chavolismo y la mejora de la calidad del alojamiento.
Asimismo, la Estrategia establece un objetivo prioritario: reducir las desigualdades sociales en materia de salud tanto en la población adulta como en la de los menores.
Además, se fomentarán otras líneas sociales en pro de la igualdad de la mujer, la no discriminación, la promoción de la cultura y la atención a las personas de etnia gitana procedentes de fuera.
Medidas que esperemos sirvan para hacer que esta sociedad sea un poquito menos discriminatoria. Porque todos somos iguales independientemente de nuestra raza, etnia o religión, ¿no?