La imagen de la semana: los corales más espectaculares de España están en peligro

Foto: EUO © OCEANA Enrique Talledo
Foto: EUO © OCEANA Enrique Talledo

Los corales son animales o colonias de animales que forman complejas estructuras en el fondo marino y son la base de algunos de los ecosistemas más ricos del mundo.

Estos invertebrados tienen un crecimiento muy lento (unos pocos milímetros por año) y constituyen un hábitat de gran valor ecológico para numerosas especies. Crean estructuras calcáreas tridimensionales, lo que ofrece protección, alimentación y áreas de reproducción para muchos animales.

Hemos hablado con Oceana que nos ha contado la situación real de estos seres vivos y se muestra contundente al respecto: «el cambio climático perjudica seriamente a los corales por varias razones». A continuación, las exponemos:

Foto: EUO © OCEANA Juan Cuetos. Coral colonial oscuro (Phyllangia mouchezii). Isla Grossa, Islas Columbretes, Castellón, España. Expedición por el Mediterráneo del catamarán Oceana Ranger. Julio 2006.   Las islas Columbretes son un lugar muy especial no solo para las aves migratorias, sino también para organismos marinos como este coral. De origen volcánico, este hábitat es único, aunque también muy frágil. Factores externos como vertidos procedentes de los proyectos de hidrocarburos la zona podrían alterarlo gravemente.

– El aumento de la temperatura del agua. ¿Sabías que el cambio climático es la principal causa de la desaparición de corales y gorgonias en el Mediterráneo? El excesivo calentamiento del agua provoca que los corales expulsen a las algas de color que les proporcionan alimento. Si las temperaturas cálidas persisten, los corales mueren y los arrecifes se desintegran.

Foto: EUO © OCEANA Carlos Suarez. Coral anaranjado (Astroides calycularis). Zona de protección propuesta por Oceana. Rota, Cádiz, España. Expedición Oceana Ranger 2010: Descubriendo las montañas submarinas. Julio 2010  Esta es la única especie de coral protegida por el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Se creía que solo habitaba el Mediterráneo y el Estrecho, pero Oceana la encontró por primera vez en aguas más occidentales el verano pasado y comunicó el hallazgo a la Junta de Andalucía. Este descubrimiento confirma la gran riqueza del área marina frente al Parque Nacional de Doñana, que hace muy necesaria la ampliación hacia el mar del Parque.

Los corales sirven de alimento a diferentes peces y moluscos a la vez que les facilitan protección contra sus depredadores naturales. Se estima que generan recursos para alimentar a unas 2.000 millones de personas. Los esqueletos calcáreos de los corales, una vez triturados por el oleaje, forman parte de muchas playas tropicales con alto valor turístico, mientras que los arrecifes de coral evitan su desaparición.

Foto: EUO © OCEANA. Coral negro (Leiopathes glaberrima). Expedición Oceana Ranger 2010: Descubriendo montañas submarinas. Seco de los Olivos, Almería, España. Junio 2010  En aguas frías podemos encontrar verdaderos arrecifes de corales de profundidad. Son muy sensibles a la pesca de arrastre de fondo, que los arrasan, y también es frecuente encontrar artes de pesca enganchadas en arrecifes que nunca antes se habían filmado. Esta fotografía se tomó con robot submarino en el Seco de los Olivos, una montaña submarina frente a la costa de Almería que alberga una gran riqueza biológica.

La acidificación. La acidificación es una de las múltiples consecuencias de las emisiones de CO2. No todo el CO2 emitido se acumula en la atmósfera. Los océanos y los bosques actúan como sumideros y ejercen un importante papel atenuador en los impactos producidos por el cambio climático. Desde los comienzos de la industrialización los océanos han absorbido el 30% de las emisiones, lo que unido al continuo y rápido incremento de éstas, tiene graves consecuencias para la composición química del agua marina, así como en los ecosistemas y la biodiversidad.

Oceana reclama la reducción urgente de las emisiones de CO2 y su estabilización en los 350ppm (partes por millón) desde los 387 ppm actuales. Para ello es esencial apostar por las energías renovables, como la eólica marina.

Foto: EUO © OCEANA Carlos Minguell. Coral (Caryophyllia sp.). Alrededor: esponja (Crambe tailliezi), algas rojas (Mesophyllum sp.) e hidrozoos (Clytia sp.). El Agujero Azul, Cagafrecho, Lanzarote, España. Expedición Oceana Ranger a las Islas Canarias. Agosto 2009.  Cagafrecho, el lugar donde se tomó esta foto, es un enclave que forma parte de la Red Natura 2000, una red europea de espacios protegidos. Además de corales, es un área de gran belleza que alberga especies amenazadas, como meros y angelotes.

El CO2, además de ser un potente gas efecto invernadero, se disuelve en grandes cantidades en el agua marina y produce un fenómeno que se conoce como acidificación. Cuando el CO2 entra en contacto con una molécula de agua se produce en líneas generales un aumento en la concentración de iones H+, lo que se traduce en una disminución del pH y por tanto un aumento en la acidez. El pH oceánico ha sufrido un descenso apreciable (en torno a 0.1) y provoca un aumento de la acidez de la capa superficial de los océanos de un 30% respecto a los niveles previos a la Revolución Industrial.

Foto: EUO © OCEANA Juan Cuetos. Coral (Leptopsammia pruvoti) y esponja (Phorbas fictitius).  Islote de Na Foradada, Cabrera, Islas Baleares, España. Expedición por el Mediterráneo del catamarán Oceana Ranger. Septiembre 2007.  Oceana lleva impulsando la ampliación del Parque Nacional de Cabrera desde 2007. La razón es que más allá de los límites de la zona protegida hemos encontrado densos bosques de laminarias, formaciones de coralígeno y jardines de gorgonias, entre otros hábitats importantes, al igual que especies consideradas amenazadas por convenios internacionales, como corales negros y rojos.

Este exceso de iones H+ hace disminuir la concentración de carbonatos necesarios para que muchos organismos como corales  o crustáceos  formen sus esqueletos o conchas de carbonato cálcico. Una consecuencia directa de este proceso es la dificultad, y en casos extremos la total imposibilidad, de formación de estructuras calcáreas por parte de organismos marinos como corales y algas coralinas, moluscos, crustáceos, pterópodos y algunos tipos de plancton.