20 chicos con discapacidad intelectual llenan de ilusión el Bernabéu de la mano de Álvaro Arbeloa

Álvaro Arbeloa junto a los 20 jóvenes con discapacidad intelectual
Foto: Real Madrid

Imagina cómo es ponerte en la piel de uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo: poder pisar el césped de un estadio tan emblemático como el Santiago Bernabéu y entrenar con un jugador internacional de los grandes como Álvaro Arbeloa.

Es el sueño que han visto cumplido 20 niños con discapacidad intelectual, alumnos de la escuela inclusiva de fútbol de la Fundación Real Madrid, que se desarrolla en colaboración con la Fundación Síndrome de Down de Madrid y Feaps Madrid, con entrenadores profesionales y especialmente formados para esta actividad.

Y no sabemos quién disfrutó más de aquel encuentro: si los niños, a los que este premio a su esfuerzo les quitaba el sueño desde hace tiempo, o el defensa internacional, que les ayudó a cumplirlo ejerciendo de entrenador por un día. Así lo expresaba Arbeloa:

Es una experiencia muy bonita y gratificante ver las caras de felicidad y los ojos de ilusión de estos niños

Y esto es lo que decía Mayca, la madre de José, quien a pesar de tirar con toda su alma un penalti no logró su objetivo, ya que el portero logró parárselo:

Para ellos ha sido un sueño hecho realidad. Aunque estaban un poco nerviosos, han sido tremendamente felices

Así, la ilusión se apoderó aquel día del Bernabéu, donde la estrella protagonista fue la inclusión de las personas con discapacidad intelectual, con el propósito de que todos los niños tengan acceso a las actividades deportivas en igualdad de condiciones.

Este encuentro se enmarca en el proyecto ‘Por una integración real desde la infancia’, creado para que los niños con discapacidad intelectual puedan integrarse de forma progresiva en el resto de escuelas ordinarias de la Fundación Real Madrid. En definitiva, la idea es que los niños con y sin discapacidad puedan disfrutar juntos de los beneficios del ejercicio, mejorar su salud y su calidad de vida.

Por un día, el defensa madridista y también jugador de la Selección Española de Fútbol cambió su posición habitual por la de portero, un poco lento, por cierto, ya que los chavales le marcaron algún que otro penalti y seguro que también más de un gol por la escuadra en su corazón.

Lo que es seguro, es que aquel día todos aprendieron una importante lección y no solo del mundo del fútbol: el esfuerzo, la ilusión, las ganas, el espíritu de superación y el trabajo en equipo son capaces de romper todas las barreras.

Seguro que el Santiago Bernabéu ha sido y será escenario de tardes gloriosas, pero no sabemos si tan emotivas y emocionantes como la que ha protagonizado este equipo tan especial, cuyos integrantes ya son unos campeones.