El fondo marino nos depara una nueva sorpresa. Hasta hoy sabíamos que los peces, ante una situación de peligro, huían alertados por una sustancia conocida como Schreckstoff (“material del miedo”, en alemán). Ahora, gracias a una investigación publicada en Current Biology, conocemos la composición de este misterioso jugo.
Al parecer, la piel de los peces contiene un compuesto azucarado llamado sulfato de condroitina. Cuando uno de estos animales acuáticos sufre una herida, el sulfato se fragmenta gracias a las enzimas resultantes de esa lesión. Es entonces cuando el resto de integrantes del banco huye despavorido.
La investigación se completa con el estudio de la recepción de esta señal por parte de los peces, registrada en el bulbo olfativo. En él se han encontrado unas enigmáticas neuronas sensoriales conocidas como células cripta, especializadas en la captación del sulfato azucarado.
De esta forma, se pone fin a 70 años de elucubraciones acerca de la curiosa reacción de los grupos de peces ante el peligro. ¡Y es que el riesgo nunca supo tan dulce!