
Daniel tiene 29 años; es un joven muy deportista que trabaja como jardinero dos días a la semana y también está realizando prácticas como auxiliar administrativo en un despacho de abogados. Y todavía emplea un día más para seguir formándose y así ser, pronto, un trabajador más cualificado.
En el futuro le gustaría ser modelo y actor para salir en la tele, además de seguir trabajando como administrativo y todo esto sacando tiempo para hacer deporte y salir a pasear con los amigos. Y nosotros apostamos que, si se lo propone y trabaja en ello, seguro que lo consigue, porque a Daniel no se le pone nada por delante.
Llegó en 2002 a la Fundación Aprocor, donde trabajan con grupos de apoyo para cada persona. Esto significa que cada usuario, como Daniel, elije sus sueños, sus metas y sus deseos, que se van planificando con acciones concretas y específicas para cumplirlos. Ahí reside la clave del éxito de Daniel, además de en sus ganas y su empeño por cumplir sus sueños, deseos y metas: en los itinerarios laborales individualizados que realizan en Aprocor en base a las elecciones de cada persona.
Lo que hasta ahora no te hemos contado de Daniel es que tiene Síndrome de Down y no lo hemos hecho porque esa alteración genética producida por la presencia de un cromosoma extra no le ha supuesto un freno para luchar con fuerza por todo aquello que se propone.

En la vida de Daniel, Natalia es una persona muy importante. Hablamos de su preparadora laboral y quien le ayuda a configurar horarios con sus tareas para que no se le olvide ninguna, incluyendo entrenamientos en transportes, y demás apoyos orientados a su inserción laboral. «Me acompaña a los sitios si no sé ir y ahora sé venir solo desde casa» nos cuenta orgulloso.
Estoy muy contento de venir aquí, me enseñan muchas cosas y me siento a gusto. Me ayudan a conseguir mis sueños, mis metas
Un trabajador muy cualificado
Cuando le preguntamos por su meta en materia de inserción laboral, nos cuenta orgulloso que desde hace dos meses está haciendo unas prácticas en un bufete de abogados, donde entre las muchas tareas que tiene asignadas recoge y reparte el correo, o escanea documentos.
Estoy muy feliz de ir a trabajar todos los días, me levanto con muchas ganas y mis padres me dicen que soy muy responsable en mi trabajo y también en casa
El perfil profesional de Daniel estaba orientado hacia la jardinería, pero a finales del año pasado decidió dar un giro radical a su orientación laboral, porque había descubierto un nuevo campo de trabajo que le gustaba más. Daniel decidió que lo que realmente quería era convertirse en un gran auxiliar administrativo. Así que se puso manos a la obra y se apuntó al taller de administración de la Fundación Aprocor.

Poco después surgió la posibilidad de hacer prácticas en una empresa ordinaria y no se lo pensó. Ahora, solo espera que después de estas prácticas le ofrezcan un contrato laboral.
El empleo con apoyo
El trabajo de los preparadores laborales de Aprocor comienza antes de que la persona se incorpore al mundo laboral, ya que se encargan de realizar una evaluación del puesto de trabajo, que les sirve para determinar los requisitos que debe tener el posible trabajador. Así, establecen una comparación entre quienes quieren trabajar y los requerimientos del puesto. Es decir, buscan la persona que más se ajusta a ese empleo.
El siguiente paso consiste en entrenamiento con la persona escogida en el puesto de trabajo durante toda su jornada laboral. Enseñan la tarea, la diseñan para que sea ejecutada de la forma más sencilla posible para la persona y comienza el entrenamiento. Una vez que se avanza en esta fase, los preparadores se encargan de hacer un seguimiento periódico, sin perder la vinculación con la persona y con la empresa.
Las empresas son cada vez más receptivas y ofertan más oportunidades, pero la crisis también afecta
Así nos lo explica una de las preparadoras laborales de Daniel, Marta, quien se muestra segura de que la clave es adaptar el puesto de trabajo a las capacidades de la persona:
Nuestros trabajadores son muy constantes, transmiten mucha ilusión en todo lo que hacen, generan muy buen ambiente laboral y ellos mismos son los que nos abren las puertas con diferentes empresas
Además, en Aprocor ofertan formación a la carta, es decir, ajustada a los requerimientos formativos que demanden las empresas. Por eso, en la fundación tienen en marcha varios talleres, como el de administración, de hostelería o de costura, donde se dan enseñanzas preprofesionales.
El novedoso proyecto E-labora
Muchas veces hemos contado ejemplos de cómo las nuevas tecnologías son un gran aliado para hacer más fácil la vida de todas las personas, con y sin discapacidad. Y en Aprocor no han querido desaprovechar todas las oportunidades de mejora para la vida que ofrecen. Por eso han creado la aplicación E-labora, que permite descargar videos en diferentes dispositivos que explican de forma sencilla cómo hacer las tareas diarias.
Con esta ayuda tecnológica, la persona que está realizando prácticas en una empresa no necesita la presencia del preparador laboral para saber qué debe hacer, ya que lo puede recordar con el video, que también permite personalizar aún más los apoyos laborales.
Otro modo de trabajo que están desarrollando es la realidad aumentada, que requiere de tablets capaces de capturar iconos que nadie más puede ver y que permiten a los trabajadores identificar mejor qué es y dónde está cada cosa.
Un centro abierto al barrio
Pero en el nuevo centro de Aprocor en el madrileño barrio de Las Tablas, que fue inaugurado por la princesa de Asturias y que cuenta con el apoyo de Fundación Especial Caja Madrid como ya te contamos en este post, se hacen muchas más cosas, porque el espíritu de integración que vive en su interior traspasa los muros del edificio y se extiende a todo el barrio.
Así, los vecinos de la zona pueden plantar sus hortalizas en el huerto de Aprocor y hasta un alfarero viene a cocer sus piezas al horno de la fundación. Además, la asociación de comerciantes del barrio hace uso de las instalaciones, donde también se han celebrado otros eventos.

Y hasta ahora el sistema demuestra que funciona, porque ese espíritu de apertura es recíproco y recientemente una clínica dental de la zona comenzó a ofrecer prácticas a quienes se forman en Aprocor y el año que viene se ofertarán cursos de informática en un entorno normalizado, en una academia de informática del barrio. En esta línea de trabajo, la fundación puso en marcha un proyecto denominado ‘Nuestro entorno’ con el objetivo de conocer todo el barrio, sus calles, dónde están los transportes públicos y los servicios de la zona.
Metas, sueños y deseos por conquistar
Al fin y al cabo, Daniel pasa gran parte de su tiempo en la Fundación Aprocor donde, como ya te hemos contado, trabaja en su inserción laboral. Pero al final la vida laboral no está desconectada de la vida personal y nos termina hablando, vergonzoso y tan reservado, de alguien muy importante en su vida: ‘su chica’, que se llama Elena y a la que ha conocido en el centro que Aprocor tiene en el barrio madrileño de Hortaleza.
Hemos quedado un día para comer, la conocí en mi antiguo colegio y poco a poco nos hicimos amigos. Me hace muy feliz cuando me abraza o damos un paseo y es muy guapa. Se están cumpliendo mis sueños y mis metas. Soy muy feliz
Y al fin y al cabo ¿no aspiramos todos a eso, a ser felices? Tal vez el secreto para alcanzar esa felicidad consista en seguir la fórmula que proponen en Aprocor: fijarse metas, sueños y deseos y trabajar para conseguirlos. A Daniel parece que le funciona.