Terapia con perros para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer

Terapia con perros
Foto: Residecia Oms-Sant Miquel

En los últimos años, la terapia asistida con animales es cada vez más frecuente para el tratamiento terapéutico que se realiza a personas con retraso mental, demencia, dificultades cerebrales, etc., incorporándose a los programas de actividades que ofrecen muchos centros para personas con trastorno del desarrollo y residencias de personas mayores.

Este es el caso de la residencia y centro de día Oms-Sant Miquel, perteneciente a la Fundación de Atención a la Dependencia del Gobierno Balear, que lleva a cabo unas interesantes sesiones de terapia con perros para personas con Alzheimer.

Esta terapia empezó a utilizarse en el centro de Oms-Sant Miquel hace cuatro años, fruto de un proyecto que Clemente Dorado, técnico en animación sociocultural del centro, propuso a la Fundación Balear para la Dependencia. Sin embargo, ha sido en los últimos dos años cuando han empezado a profundizar en las múltiples posibilidades que ofrece la terapia con perritos puede ofrecer para las personas con Alzheimer.

Al igual que ocurre con el resto de terapias con animales, su finalidad es contribuir a la mejora del funcionamiento físico, social, cognitivo y emocional de los pacientes. Para ello, dos veces a la semana se realizan sesiones de una hora de duración durante la cual distintos profesionales del centro se encargan de dirigir y dinamizar actividades encaminadas a incrementar la calidad de vida de los residentes con Alzheimer.

Cada sesión se inicia con una presentación de las perritas a los residentes en donde se les explican las características de los animales con el objetivo de hacer trabajar a su memoria. Seguidamente, se realizan otras actividades que completan la terapia. Así, por ejemplo, se trabaja con la fisioterapeuta la motricidad fina mediante ejercicios consistentes en peinar a las perritas, así como la motricidad gruesa a través del lanzamiento de pelotas a los perros.

Otra de las actividades más interesantes la realiza la psicóloga tratando de estimular cognitivamente a los participantes preguntándoles si han tenido perritos alguna vez, qué color y tamaño tenían, y cómo fue su experiencia con los animales. Incluso quienes no puedan asistir a las sesiones grupales pueden seguir la terapia de forma individualizada para lo cual se les lleva a las mascotas a su habitación.

El hecho de realizar las actividades con las perritas supone un incentivo para los mayores, quienes han mostrado una muy buena disposición hacia este tipo de tratamiento. «Los participantes adquieren una mayor motivación y una participación más activa», señala Clemente Dorado.

Esperemos que los buenos resultados sigan avalando este tipo de terapia, favoreciendo la vida activa de nuestros mayores y consiguiendo ralentizar el avance del Alzheimer.