Una de tus metas es quizá encontrar trabajo, esto es difícil por la situación del mundo laboral, pero analiza si estás poniendo toda la carne en el asador o puedes mejorar en algo, ¡consigue tus metas!
Francisco Alcaide Hernández, experto en Desarrollo Personal, nos expone 10 causas por las que no conseguimos nuestras metas.
1. No sabes lo que quieres. Te mueves por inercia, dejándote llevar, como un autómata. Así un día tras otro. Existe fuerte relación entre claridad de metas y lo que se consigue. Quien no sabe lo que quiere acaba donde no quiere.
2. No pasas a la acción. Tienes claro lo que deseas pero no das el paso. Quieres tenerlo atado, ver todo el camino por delante, pero el exceso de planificación paraliza. La acción es la perfección de la decisión. La acción más pequeña vale más que la intención más grande. El secreto de avanzar es siempre comenzar.
3. No eres disciplinado. Faltas a la propuesta que te has hecho de actuar, por supuesto, utilizas la gran especialidad del ser humano que es el autoengaño: ‘Por un día no pasa nada’. Pero sí, sí pasa. El día que dejas de practicar un buen hábito empiezas a instalarte en otro malo, lo difícil es ser disciplinado a largo plazo. Ahí reside el éxito. Ya lo apuntaba Víctor Hugo: «A nadie le faltan fuerzas, lo que a mucha gente le falta es voluntad».
4. No tienes un compromiso del 100%. Si no lo entregas todo, lo que entregas es nada. El compromiso no se negocia: se tiene o no se tiene. No existen los ‘medios compromisos’. Compromiso es darlo todo por una meta. A la gente nunca hay que preguntarle qué metas quiere conseguir sino qué está dispuesta a perder para conseguirlas, porque eso es indicativo de su grado de compromiso con la causa.
5. No afrontas tus miedos. Cada vez que aparece una situación nueva en tu vida te entra el canguelo y buscas una excusa para no reconocerlo y así esquivarla. No tengas miedo al miedo, ten miedo a la cobardía. La diferencia entre el cobarde y el valiente no es el miedo –ambos lo tienen– sino que uno se deja dominar por él y otro le planta cara; la consigna es clara: siente miedo, pero hazlo de todas maneras.
6. No cultivas tu mente.«Toda batalla ha de ser ganada antes de ser librada», dice Sun Tzu en El arte de la guerra. El éxito –en cualquier parcela: dinero, trabajo, relaciones– es en primer lugar mental. La riqueza es un estado de la mente. En lo que crees, te conviertes, te guste o no. El primer reto de la voluntad es cultivar hábitos mentales sanos.
7. No cuidas el entorno de gente. Estás rodeado de personas cuyas conversaciones son derrotistas, limitantes, pesimistas, perdedoras. Y si los inputs que recibe tu cerebro son de ese tipo los outputs que generas son del mismo calado. Hay entornos tóxicos y entornos estimulantes; entornos que alimentan la confianza y entornos que alimentan el miedo.
8. No te enfocas. Aprendiz de todo, maestro de nada. Inviertes más tiempo en empezar cosas nuevas que en terminar las ya empezadas. Decide en qué quieres ser un referente y un luego concentra todas tus energías ahí. Sé tan bueno que los demás no puedan ignorarte.
9. No perseveras lo suficiente. La mayor parte de la gente quiere llegar demasiado rápido a destino, y al no ver resultados inmediatos, desiste. Y ahí radica el asunto: no lograron sus objetivos porque no invirtieron las suficientes horas hasta dar con la tecla adecuada. En esta vida nadie fracasa, solo hay gente que abandona.
10. No asumes la responsabilidad de tu vida. Culpas de tu vida a la economía, a los políticos, a tu ex-jefe o a tu familia. Erica Jong afirmaba: «Toma tu vida en tus manos, ¿y qué es lo que pasa? Algo terrible: nadie a quien culpar». Cuando uno asume la responsabilidad de su vida, deja de buscar culpables y empieza a centrarse en hallar soluciones.