Las abejas, animales solidarios que avisan del peligro a sus hermanas

Una abeja sobre una florEn este blog hemos hablado muchas veces de las abejas; os hemos contado, aquí, que son la especie más importante para la conservación de la biodiversidad mundial, o en este post que fue un centro español el que detectó la enfermedad que está diezmando su población en todo el planeta. Ahora, os contamos una nueva curiosidad sobre estos pequeños pero no por ello poco importantes insectos, que se acaba de publicar en la prestigiosa revista ‘Animal Behaviour’.

Resulta que un grupo de investigadores de la Universidad de Tours (Francia) y la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha realizado un experimento para estudiar si las abejas son capaces de marcar con señales químicas evasivas las flores en las que han sido previamente atacadas. ¿Quieres saber la respuesta?

Por el momento los científicos sabían que algunas especies de abejas sociales avisaban al resto de sus hermanas al detectar la presencia de un depredador en las inmediaciones de su colmena. Esta señal de alarma genera una respuesta ante un potencial ataque. Ahora, estos científicos han constatado que su capacidad para proteger al grupo va más allá, demostrando que también marcan con señales químicas las flores donde han sido víctimas de ataques.

Para su experimento, los investigadores simularon el ataque de un depredador y observaron si avisan a sus abejas hermanas del potencial peligro de libar en esa planta. Y parece que las marcan con señales químicas, en concreto feromonas, que provocan una respuesta de escape cuando estos insectos visitan esa determinada flor.

Un curioso experimento

A fin de determinar si las abejas sociales y también las solitarias respondían a estas señales olfativas de alarma, los expertos hicieron un experimento con ejemplares de ambos tipos de diferentes países como Australia, China, Singapur o España.

En algunas y plantas simularon el ataque de un depredador atrapándolas con pinzas, mientras que en otras no reprodujeron un ataque. Así, los científicos detectaron que las abejas solitarias respondieron de forma similar ante las flores atacadas y las ‘no atacadas’, mientras que las abejas sociales reaccionaron de manera diferente y vieron que la probabilidad de que se posaran en las flores donde no habían sido atacadas fue mucho mayor.

Del mismo modo, los expertos detectaron que la probabilidad de que las abejas sociales rechazaran la flor donde habían sido atacadas era también mucho mayor.

En definitiva, parece que este estudio reafirma la idea de que la sociabilidad de las especies de abejas se asocia directamente con la evolución de las señales de alarma.