
Se acaba de celebrar en febrero el segundo centenario del nacimiento de Charles Robert Darwin (1809) a la par que se cumplen 150 años de la publicación del «Origen de las Especies» (1859), una teoría que ha gozado de gran influencia en muchos campos de la ciencia y especialmente en el de la biología.
Y muchos son los motivos por los que se celebra a Darwin, como por ejemplo, para revisar la validez de sus teorías. Cierto es que en la ciencia ha habido momentos decisivos que cambiaron la visión del mundo, como cuando Darwin se dio cuenta de que podía explicar por qué hay diversidad de animales y plantas, y propuso que las especies han evolucionado desde organismos primitivos mediante la selección natural.
Gracias a esa teoría de la evolución, hemos avanzado mucho en la física y en la biología. Pero quizá lo que nos llama mucho la atención es que él ya hablaba de cómo las condiciones ambientales pueden ejercer una acción directa sobre los seres vivos.
Aún hoy las formulaciones darwinianas siguen provocando enfrentamientos no únicamente científicos, sino también ideológicos, religiosos y políticos. Pero desde aquí le dedicamos un pequeño post medioambiental por todo el tiempo que él pasó analizando las especies, la flora y la fauna de nuestro planeta.