
Cada noche, el cielo se convierte en nuestra ventana al universo a través de la que nos brinda un maravilloso espectáculo de luz en el que actúan millones de astros. La osa mayor, la menor, otras constelaciones como la de Andrómeda o Perseus y las de los signos del zodiaco son figuras formadas por estrellas, objeto de estudio de una ciencia, la astronomía, a la que, por primera vez, han podido asomarse las personas con discapacidad visual a través del tacto.
Más de un centenar de personas ciegas tuvieron “el cielo en sus manos” la semana pasada en el Hemisfèric de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Así se denomina este planetario adaptado que permite a las personas con discapacidad visual acercarse a la astronomía a través del oído, el tacto y un sistema de proyección audiovisual con adaptaciones específicas.
Las personas que participaron en la actividad, enmarcada en la celebración de Año Internacional de la Astronomía y en la que ha colaborado la ONCE, pudieron localizar con sus manos algunos de los principales objetos del cielo gracias a unas semiesferas de fibra de vidrio que los representan en relieve y que han sido desarrolladas por el Observatorio Astronómico de la Universitat de Valencia.
De esta manera, pudieron conocer las constelaciones, descubrieron si una estrella es más o menos brillante en función del grosor con que se les mostró en la semiesfera o identificaron las nebulosas por su tacto rugoso, entre otras posibilidades. Además, el espectáculo incluía banda sonora multidireccional, repleta de efectos especiales, con el objetivo reforzar el sentido de la orientación del público. Así, la posición de cada objeto en las semiesferas coincidía con la dirección de la que procedía el sonido.