
Reduce los niveles de colesterol, aumenta la coherencia motriz, la elasticidad, mejora la capacidad del corazón… los beneficios del ciclismo están muy claros a estas alturas. Pero ¿y si a eso le unimos la posibilidad de disfrutar de las maravillas y secretos que encierran nuestras ciudades?
Algunos dicen que el cicloturismo es mucho más que un deporte, que encierra una filosofía de vida, que es sinónimo de libertad e independencia y que redescubre sensaciones mientras se conecta con nuestro entorno. Estamos de acuerdo, pero ¿por qué no seguir sumando y hablar de cicloturismo adaptado? Una pionera iniciativa que la Fundación También pone en marcha con el apoyo de Sanitas, para hacer del ciclismo adaptado una realidad en toda la geografía española.
Las personas con discapacidad podrán dejarse atrapar por la magia de muchas de nuestras ciudades recorriéndolas en bicicletas adaptadas. Lugares y monumentos emblemáticos como la Torre de Hércules o la Avenida de La Marina en La Coruña; el Paseo de la Concha en San Sebastián…
También el parque del Agua en Zaragoza; el paseo marítimo y las calles de una Barcelona multicultural; la primera plaza rectangular de España en Valladolid; la catedral o el teatro romano de Málaga; el sol y los monumentos de una ciudad que mira al mar como es Valencia; el paseo marítimo de Cádiz, una de las ciudades más antiguas y ricas en patrimonio de nuestro país; las maravillas que encierra una ciudad como Sevilla o el legado histórico de Toledo son sólo algunos de magníficos lugares que esconden todas estas ciudades y que podrán ser descubiertos por las personas con discapacidad mientras disfrutan del deporte adaptado.
La práctica de cicloturismo adaptado resulta muy gratificante para las personas que presentan una movilidad reducida, ya que no con demasiado esfuerzo la sensación de libertad es extraordinaria. Favorece el fortalecimiento de las extremidades superiores, la columna vertebral y los músculos pectorales y abdominales.
No se necesita ningún tipo de preparación previa, pues basta con disponer de un poco de movilidad en hombros y brazos, y sobre todo, muchas ganas de disfrutar de un deporte que, además, se puede disfrutar en compañía de familiares y amigos.
Esta novedosa iniciativa se suma a la puesta en marcha durante el pasado año a través del proyecto ‘Huella Sanitas‘, con el que gracias a la solidaridad de clientes y empleados de esta compañía una treintena de bicicletas adaptadas se colocaron en diez Vías Verdes de nuestro país para que las personas con discapacidad puedan disfrutar del deporte en plena naturaleza.
Teresa Silva, directora general de la Fundación También, señala que
“Se trata de un ambicioso proyecto que es posible gracias al enorme compromiso y la sensibilidad que Sanitas viene demostrando hacia nuestro colectivo. Su apoyo resulta fundamental para que cada día más personas con discapacidad disfruten del deporte adaptado”.