En el mundo hay 923 millones de personas que pasan hambre, 75 millones más que hace un año. Una cifra de escalofrío, millones y millones de personas, decenas sumadas a los cientos que ya había. La FAO alerta de esta situación y explica algunas causas: el alza de precios de alimentos, combustible y fertilizantes no han hecho más que agravar el problema. Los precios alimentarios subieron un 52% entre 2007 y 2008, y los de los fertilizantes casi se doblaron el pasado año.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recuerda, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, que cientos de millones de pequeños campesinos, pescadores y hombres y mujeres cuyas vidas dependen de la adecuada conservación de los recursos naturales serán también los más afectados por el cambio climático.
El calentamiento del planeta y los problemas relacionados con la bioenergía podrían además provocar otro aumento del número de personas hambrientas en los próximos años, según la FAO.
Además, los elevados precios alimentarios han invertido la tendencia positiva para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas hambrientas en el mundo para 2015. Según la FAO, alcanzar la meta fijada en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 es una posibilidad todavía más remota.
Hafez Ghanem, Director General Adjunto de la FAO para Desarrollo Económico y Social, afirma:
«El hambre ha aumentado mientras el mundo se hacía cada vez más rico y producía más alimentos que nunca durante la última década.
Kostas Stamoulis, economista de la FAO:
“El hambre es una de las causas de la pobreza, no es tan solo una consecuencia… la extrema pobreza conduce al hambre, que a su vez hace perpetuarse la situación de pobreza”.